Cristianas perseguidas son víctimas de una red de opresión

Hoy es el Día Internacional contra la Explotación Sexual y la Trata de Mujeres y Niños. La fecha vuelve los ojos de la sociedad a las violaciones que sufren mujeres y niños en diversos países, y esta realidad afecta especialmente a la Iglesia Perseguida.

En el 22% de los países que figuran en la Lista Mundial de la Persecución (LMP) 2023, las niñas cristianas son entregadas a matrimonios infantiles. Las mujeres cristianas, solteras o casadas, son víctimas de abusos sexuales, trata de personas y otros tipos de violencia que conforman una auténtica red de opresión.

Estigma social

Los grupos de la religión predominante o las bandas de criminales buscan a las jóvenes cristianas para humillarlas o alejarlas de sus familias. Al alejar a las jóvenes de sus padres, se aseguran de que pierdan la herencia de la fe cristiana que habrían recibido y les quitan su primera base de formación afectiva y social, la familia.

Todas estas violaciones generan una profunda vergüenza para estas niñas y también las marcan con el estigma social, especialmente cuando resultan embarazadas del agresor, lo que dificulta, o casi imposibilita, que muchas de ellas formen una familia, completen sus estudios o reciban el apoyo que necesitan.

Secuestros y matrimonios forzados

En el 84% de los países de la LMP 2023, los hijos de cristianos corren el riesgo de ser separados de sus padres. El peligro es aún mayor para los refugiados o las familias que abandonan la religión mayoritaria para seguir a Jesús. A veces, los familiares que no están de acuerdo con la conversión al cristianismo se llevan a los niños.

Gran parte de esta violencia se perpetúa debido a la impunidad. Ni la ley ni la sociedad se preocupan por estas niñas. Muchos ven los abusos como una especie de "disciplina" por el "delito" de seguir a Jesús y son bien vistos socialmente.

Conversión forzada

La Coalición por la Equidad Religiosa y el Desarrollo Inclusivo (CREID) explica que "la intención no es sólo la agresión sexual -como en la mayoría de los casos-, sino mostrar la conquista de una mujer que forma parte de la minoría religiosa y obligarla así a convertirse a la religión predominante".

En otras palabras, funciona como una forma de controlar la identidad religiosa de la comunidad a largo plazo, forzando el nacimiento de niños que se crían en la religión mayoritaria que ven que el cristianismo genera castigo. Malasia es un ejemplo de región donde esta práctica es habitual.

Otra forma de represión sobre las mujeres cristianas es el tráfico de personas, especialmente en México y Corea del Norte, y la violencia sexual. En Bangladesh, "los abusos sexuales son la principal forma de persecución de las mujeres y niñas cristianas. Estas son marginadas y pueden ser acusadas de actos poco éticos por el delito del que han sido víctimas, por lo que muchas no denuncian los abusos", afirma un especialista regional.

Lee el artículo y conoce las naciones más peligrosas para las mujeres cristianas. 

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