Un año de guerra en Sudán

El 15 de abril de 2023, una gran disputa entre el ejército sudanés y el grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) tomó la capital de Sudán, Jartum. A partir de ahí, sangrientos combates iniciaron una guerra civil que ha tenido resultados desastrosos para la población sudanesa.

Además de la crisis alimentaria, un reciente informe de la ONU calcula que más de 8 millones de víctimas se han convertido en desplazados internos y refugiados en el último año. Los continuos combates, que han creado una crisis de inseguridad, han hecho imposible que las ONG, como las agencias de la ONU, presten el apoyo necesario a los desplazados. Fikiru (seudónimo), especialista de Puertas Abiertas para África Oriental, afirma que la guerra en curso ha traído sufrimiento a los ciudadanos sudaneses en general, pero especialmente a los cristianos, aún más marginados a causa de su fe.

Fikiru explica: "Aunque todos los sudaneses sufren a causa de la guerra, los cristianos se enfrentan a dificultades excepcionales porque no reciben el mismo apoyo de las comunidades. Nuestros contactos nos han informado recientemente de cristianos que se refugian en iglesias u otros lugares donde no se mezclan con el resto de la población, porque si lo hicieran serían discriminados por ser cristianos y esto les dificulta aún más la supervivencia. En la distribución de la ayuda humanitaria, los cristianos no tienen las mismas oportunidades".

Consecuencias de la guerra para la Iglesia en Sudán

La reanudación del conflicto ha tenido un inmenso impacto en el cuerpo de Cristo en Sudán. Tratados como una minoría no bienvenida durante la mayor parte del gobierno de Bashir, había grandes esperanzas de que el gobierno de transición del presidente Hamdok lograra garantizar un mayor respeto por la libertad de religión o creencia. Pero la sociedad en general no ha seguido el ritmo de los cambios legislativos, y la situación de los cristianos sigue siendo precaria.

La investigación de la Lista Mundial de la Persecución 2024 señala que los cristianos de Sudán son especialmente vulnerables en tiempos de guerra. Así lo confirma el considerable número de iglesias cerradas o dañadas y los numerosos cristianos que se enfrentan a ataques. Todo ello se suma a la opresión que sufren quienes han decidido abandonar el Islam para seguir a Cristo.

La hostilidad a la que se enfrentan los cristianos es especialmente grave fuera de la capital, Jartum. Sin embargo, el epicentro del conflicto es la capital, donde vive la mayoría de los cristianos. Muchos han tenido que huir, mientras que los que se quedan pueden verse obligados a tomar partido en el conflicto, lo que les expone a un riesgo aún mayor. Muchos cristianos han sido atacados indiscriminadamente en zonas como Darfur, Nilo Azul y la región montañosa de Nuba, donde las fuerzas del gobierno y los grupos rebeldes están en conflicto.

Según Fikiru, los cristianos que han huido suelen quedarse una o dos semanas antes de tener que huir de nuevo, ya que los combates estallan de forma inesperada. "Los cristianos desplazados están en constante movimiento. Así que algunos de ellos tienen que viajar a pie durante horas y horas hasta un lugar relativamente mejor y más seguro. Quedarse donde hay combates es peligroso y huir también lo es", afirma.

Antes de la guerra en Sudán

En 2019, las protestas callejeras y un golpe militar pusieron fin al gobierno de casi tres décadas del presidente Omar al Bashir. Se formó un gobierno conjunto militar-civil que comenzó a aplicar cambios radicales para permitir un gobierno democrático.

Sin embargo, en octubre de 2021, el ejército de las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) derrocó al gobierno en otro golpe de Estado. Las RSF, también conocidas como Janwajeed, son una milicia creada por el entonces presidente Bashir, que se hizo famoso por cometer atrocidades en Darfur.

La reanudación de los combates a partir de abril de 2023 se desencadenó por un desacuerdo sobre cómo debía integrarse el RSF en las fuerzas armadas regulares. Cuando las RSF redistribuyeron a sus miembros por todo el país, el ejército respondió con la fuerza.

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