Puertas Abiertas • 17 feb. 2024
El número de cristianos traumatizados por el golpe militar sigue creciendo en Myanmar
Hace pocos días, se cumplieron tres años del golpe militar en Myanmar. Las ciudades que antes estaban abarrotadas, llenas de personas y actividades, ahora están desiertas. Sólo quedan mendigos, drogadictos y mujeres con sus hijos en improvisados puestos de mercado. Al anochecer, la gente se apresura a llegar a sus casas antes del toque de queda.
La escasez de alimentos ha duplicado el precio de los productos básicos. Muchas personas hacen filas durante todo un día para conseguir sólo 100 ml de aceite de cocina. La población vive en un estado de miedo constante. En todo momento se oyen disparos y bombas a lo lejos. Dormir en este escenario no es fácil, especialmente para quienes pasan frío al aire libre, expulsados de sus casas por la violencia.
A causa de la violencia, más de 500.000 personas viven como desplazados internos
Daisy Htun*, colaboradora local de Puertas Abiertas, afirma que "la situación en el país no mejora, porque la guerra continúa en las regiones donde viven los cristianos, como los estados de Chin, Kayah y Kachin. Los cristianos se han convertido en desplazados internos y se han extendido por todo el país, lo que hace muy difícil contactarlos. Pero nuestros valientes socios locales siguen buscando a cada uno de ellos para ayudarlos".
Cuando la junta militar tomó el poder en Myanmar el 1 de febrero de 2021, el mundo entero quedó atónito. Durante años, el país había vivido en democracia. La situación de la Iglesia, aunque era precaria, gozaba de más libertad. Pero en los últimos tres años, la junta militar ha estrechado el cerco y se ha legitimado como gobernante del país y, en este contexto, los cristianos han sido objeto de violencia y ataques indiscriminados.
Disparos y bombas en las calles
Según la Organización Chin de Derechos Humanos (CHRO), desde 2021 cerca de 100 iglesias han sido atacadas por el ejército birmano, también conocido como Tatmadaw. Como resultado, es muy difícil para los cristianos permanecer y desarrollar la iglesia en Myanmar.
Min Tun*, colaborador de Puertas Abiertas que organiza entrenamientos para ayudar a los cristianos a resistir bíblicamente la persecución, dice que es muy difícil viajar a las zonas de conflicto donde ofrece formación a los cristianos desplazados internos. "Cuando hicimos la formación, encontramos muchas balas y bombas en las carreteras.
Parecía que los disparos volaban sobre nuestras cabezas, muy cerca de nosotros. Así que también es difícil para los cristianos. Cuando nos vieron, lloraron, porque significaba mucho tener a alguien allí con ellos en ese momento".
Socios locales imparten capacitación bíblica incluso en las zonas más remotas
Min Naing*, socio local, afirma: "Hemos estado apoyando a nuestros amigos pastores con oraciones y aliento. Ayudamos a llevar alimentos y ayuda de emergencia a los cristianos desplazados internos. Muchos desplazados internos sufren trastornos emocionales cuando ven sus casas destruidas, las iglesias reducidas a cenizas y viven situaciones cercanas a la muerte a diario".
"Algunos cristianos cuestionan su fe y preguntan a Dios por qué ha traído tanto sufrimiento sobre ellos. Los pastores que han estado cuidando de estos cristianos están traumatizados e impactados hasta el punto de casi darse por vencidos", afirma.
Ayuda para recuperar fuerzas
Min Naing y Min Tun llevan en el corazón el peso de la necesidad de fortalecer a los pastores y cristianos locales, y por eso empezaron a organizar cursos de asesoramiento postraumático con líderes cristianos desplazados internos. Participaron muchos pastores y líderes de iglesias.
El pastor Aung*, uno de los participantes en la formación, dijo: "Saya Min Tun (profesor Min Tun), gracias por venir aquí y escucharnos. A los pastores nos resulta muy difícil reunirnos así, a menudo incluso para buscar a Dios [tiempos devocionales], es difícil tener tiempo suficiente. La reunión nos ha ayudado y las lecciones son de gran ayuda para nuestros miembros, que también están traumatizados. Casi nos rendimos, gracias por ayudarnos a encontrar fuerzas de nuevo".
Muchas mujeres cristianas cuidan solas de sus familias y deben llevar a sus hijos a la capacitación
Min Naing ayuda a los pastores locales y a los líderes traumatizados en las formaciones organizadas, para que estos cristianos puedan llevar los conocimientos a sus iglesias y cuidar de ellos. Incluso hay niños traumatizados que necesitan sanar sus heridas en las iglesias.
A través de nuestros socios locales, Puertas Abiertas fortalece a la Iglesia perseguida en Myanmar. Entregamos literatura cristiana, ofrecemos discipulado, formación de líderes, ayuda de emergencia, asesoramiento para parejas, instrucción cristiana para jóvenes y niños, así como el ministerio de la presencia, es decir, visitas a las aldeas para orar por los cristianos perseguidos y darles la bienvenida.
Una de las cristianas que participó en la formación tuvo que llevarse a su hijo, del que cuida sola. Muchas mujeres cristianas que son desplazadas internas viven la realidad de cuidar solas de sus familias. Los discipulados han ayudado a cada una de ellas a conocer la Biblia, a encontrar esperanza en Cristo, incluida la posibilidad de que algún día puedan regresar a sus hogares y a una rutina más liviana.
*Nombres cambiados por motivos de seguridad.
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