Puertas Abiertas • 2 may. 2025
La violencia extrema convirtió a miles de cristianos en desplazados internos en India
A pesar de que ya han pasado casi dos años de turbulencia, las tensiones persisten en Manipur, India. Aunque hay menos tiroteos en las líneas del frente, jóvenes armados de ambas comunidades permanecen en constante vigilancia, debido a los problemas de confianza y los conflictos no resueltos. Para la comunidad kuki, un gran problema es la imposibilidad de acceder al único aeropuerto en Imphal, lo que dificulta los viajes fuera del estado por motivos médicos, educativos y otros.
Muchos enfermos crónicos y personas mayores han perdido la vida debido a los efectos combinados del estrés y la falta de acceso a atención médica de calidad en las colinas de Manipur. Estudiantes ahora viajan largas distancias para rendir exámenes en estados vecinos, y muchos de familias con dificultades económicas han renunciado a sus sueños profesionales. Mientras tanto, en Imphal, donde la mayoría de la comunidad meitei desplazada se está asentando, ha habido casos en los que los pocos cristianos de esa etnia han enfrentado persecución por parte de grupos extremistas como Arambai Tenggol, entre otros.
A los cristianos se les ha impedido participar en reuniones de oración, incluso en sus propios hogares, y se les han negado derechos sociales. En contraste, los kukis, una comunidad tradicionalmente cristiana, no sufren persecución religiosa dentro de su grupo, pero asistir a la iglesia en aldeas cercanas a la línea del frente es difícil debido al riesgo para su seguridad. En medio de la violencia extrema, miles de seguidores de Jesús se han visto obligados a huir, convirtiéndose en desplazados internos.
Un propósito en medio de las luchas
“Han pasado dos años, pero todavía hay noches en que despertamos pensando que estamos en casa. La división social se ha vuelto más real y nuestra comunicación con amigos de la comunidad opuesta se ha detenido, con un entendimiento mutuo no verbal. Hay miedo, búsqueda de beneficios a partir de la desgracia ajena y celebraciones por la pérdida de vidas del ‘bando enemigo’ en redes sociales”, relata Laboi (pseudónimo), un cristiano local.
La vida en los campamentos de desplazados internos en Manipur es muy desafiante
Quienes oran constantemente siguen buscando solidaridad y consuelo entre otros hermanos en Cristo en Manipur, pero sin éxito. “Una vez vi a una mujer con tanto odio y desesperación en los ojos que miraba a todos a su alrededor con desconfianza”, relata Laboi.
La magnitud del conflicto es tan grande que aún hay personas que cargan con un enorme peso, incapaces de reconstruir sus vidas. “Las luchas que enfrentamos nos recuerdan que hay un propósito. En nuestro hogar, tenemos un cartel que dice: ‘Clama a mí, y yo te responderé, y te mostraré cosas grandes y ocultas que no conoces. Jeremías 33’, que ha sido nuestra guía familiar. Eso es lo que elijo recordar, no la violencia ni las pérdidas, porque muchos han vivido experiencias más dolorosas que la mía. Elijo recordar al Dios fiel que protegió a mi madre y a mi hermana cuando oraron, a pesar de la multitud que se acercaba para derribar nuestros portones, y a los amigos meitei que vinieron con medicamentos y alimentos mientras estábamos en los campamentos”, cuenta.
“Hasta ahora, nuestra casa está ocupada por personas desplazadas de otra comunidad y por un grupo extremista. No sabemos qué pasará en el futuro. Por favor, oren por la guía y la protección de Dios. Gracias a Dios, nuestra familia no perdió a nadie durante el conflicto y todos logramos salir. Nuestra fe ha sido más fuerte que nunca. Gracias a Dios, las iglesias de la comunidad kuki y entre los meitei se están ofreciendo para cuidar espiritualmente a sus hermanos”, añade el cristiano desplazado.
“Gracias a Dios por tantas iglesias, personas y asociaciones que se han presentado para ayudar a todos los afectados. Gracias a Dios por habernos elegido y por ser nuestro consolador y refugio”, concluye la cristiana.
Nombres cambiados por seguridad
Ora por los cristianos desplazados en el DIP 2025
Hay miles de cristianos desplazados en el mundo como Laboi, en India y en otros 60 países. A través de la oración, es posible cambiar la situación de nuestra familia en la fe. Organiza el Domingo de la Iglesia Perseguida (DIP) 2025 en tu iglesia y motiva a otros a orar por los cristianos que han sido obligados a huir a causa de la violencia.
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