Los países más peligrosos para los cristianos: Libia

Libia está en el norte de África y forma parte de la historia cristiana conocida como patrística, la época en que la Iglesia cristiana estaba madurando y dando sus primeros pasos más allá de Jerusalén. Pero desde el siglo VII, la comunidad islámica creció en la región y empezó a presionar a los cristianos locales.

Poco después de la independencia del país, los cristianos también fueron perseguidos bajo el gobierno del dictador Muanmar Gaddafi durante casi 40 años. La situación se complicó aún más tras la Primavera Árabe, la revolución política que derrocó al dictador Gaddafi en 2011.

En manos de extremistas y delincuentes

Sin gobierno central, los extremistas islámicos y los grupos de crimen organizado han tomado el poder y dictan las normas en las regiones abandonadas. La presión en todas las esferas de la vida sigue siendo extrema. Asesinatos, secuestros y otras formas de persecución son recurrentes.

Está prohibido declarar públicamente la fe en Jesús. Los cristianos que lo hacen son encarcelados y pueden recibir otro tipo de represalias por parte de grupos extremistas. Por este motivo, Libia ocupa el quinto lugar en la Lista Mundial de la Persecución 2023, lo que significa que es uno de los once países más peligrosos para los cristianos.

La nación también es conocida por sus yacimientos de petróleo y por ser el objetivo de las personas que quieren llegar a Europa a través del mar Mediterráneo. La mayoría de los migrantes que pasan por Libia son refugiados cristianos del África subsahariana que se enfrentan a una violencia extrema por seguir a Jesús.

Los castigos afectan también a los cristianos de origen musulmán. Se enfrentan a los abusos de la familia y la comunidad local, que buscan por todos los medios obligarlos a renunciar a su fe, provocando en algunos casos la muerte de seguidores de Jesús. Ayuda con tu oración a los cristianos perseguidos en Libia. 

Demostrar amor extremo

La intensa presión desafía a los cristianos de Líbia, y de otros diez países con persecución extrema, a permanecer firmes en su fe en Jesús y ser testigos del amor de Dios allí donde viven. Únete al Domingo de la Iglesia Perseguida el 4 de junio y ora por estas naciones.