Puertas Abiertas • 13 oct. 2020
Las mujeres de Afganistán se vieron muy afectadas durante el régimen talibán, abandonaron la escuela y fueron prohibidas trabajar
[Actualizado el 26/01/2022]
Los talibanes son un grupo político que utiliza tácticas de guerrilla y atentados suicidas para dominar el territorio de Afganistán. El 15 de agosto de 2021, los yihadistas tomaron Kabul, la capital del país. Esto ocurrió casi 20 años después de que las tropas estadounidenses los expulsaran de la ciudad.
Sin embargo, permanecieron activos principalmente en el interior de Afganistán y en Pakistán. El principal objetivo de los talibanes es establecer una sociedad regida por la sharia, leyes islámicas que prohíben la influencia de la cultura occidental y fomentan la yihad (guerra santa contra los no musulmanes).
En 2020, Afganistán era el país más inseguro del mundo, garantiza el Índice de Paz Globa 2021. Y los talibanes fueron nombrados el grupo más mortal por segundo año consecutivo en el Índice de Terrorismo Global. Los atentados promovidos por los radicales fueron responsables de la muerte de 5.725 personas en 2019.
Los miembros de los talibanes luchan por el control del país y la implantación de la sharia en Afganistán (foto: BBC)
La mayoría del grupo talibán son hombres de etnia pastún; se unieron a los extremistas de Al Qaeda y ahora cuentan con apoyo en logística, armas y dinero. Se cree que el grupo tiene entre 25.000 y 60.000 combatientes, muchos de ellos niños pobres o huérfanos.
Hay una reserva de radicales procedentes de las madrasas (escuelas islámicas) de Pakistán para sustituir a los que se suicidan en nombre de Alá, a los presos por el gobierno y a los muertos en los combates.
¿Cuándo y cómo surgieron los talibanes?
Los talibanes surgieron en 1994 a partir de grupos en la frontera de Afganistán y Pakistán que luchaban contra la invasión soviética del territorio afgano desde 1979. Los anti-comunistas contaron con armas procedentes de los servicios secretos de Estados Unidos y Pakistán entre 1987 y 1989. Pero cuando las tropas rusas abandonaron finalmente la nación en 1989 y el gobierno comunista cayó tres años después, los grupos armados empezaron a luchar entre sí y los talibanes ocuparon la capital, Kabul, mientras los conflictos internos se intensificaban.
En octubre de 1994, unos 40 estudiantes se reunieron con dos destacados líderes, el mulá Abdul Salam Zaeef y Mohammed Omar, con el objetivo de llevar la paz a Afganistán, desarmar a los grupos, acabar con la criminalidad y establecer la sharia. Omar fue designado comandante para el inicio de una etapa gobernada por la minoría étnica pashtún, que tenía restricciones religiosas extremas.
La población tenía la esperanza que se estableciera orden en el país y comenzaron a apoyar a los miembros del grupo que sería conocido como los talibanes. Al principio, sólo tenían unas pocas armas y una vieja moto rusa, pero pronto la población les apoyó y el número de combatientes superaba los 400 hombres. Entonces, Pakistán incrementó la ayuda al movimiento con la esperanza de que les permitiera construir un gasoducto y que fuesen aliados en las disputas contra India.
¿Cómo llegaron los talibanes al poder?
Tras el colapso del régimen comunista a finales de 1991, el país entró en guerra civil y los talibanes surgieron como una esperanza para la restauración de la paz en Afganistán. El grupo pasó a conquistar ciudades importantes como Kandahar, Herat y Kabul en septiembre de 1996. A partir de ahí, se proclamó el Emirato Islámico de Afganistán, donde se impuso una versión estricta de la sharia que retiraba a las niñas de las escuelas, a las mujeres del mercado laboral y las obligaba a usar burkas al salir de casa.
Además, se prohibieron las celebraciones, era inviable escuchar música y se obligó a los hombres a dejarse la barba y a seguir el Islam al pie de la letra. Las ejecuciones públicas se convirtieron en un castigo común y en casos de robo, a los ladrones se les cortaban las manos. Las mujeres acusadas de adulterio eran condenadas a morir por apedreamiento.
La ausencia de mujeres en el mercado laboral afectó los servicios de salud y educación.
Durante este periodo, sólo Pakistán, Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos reconocieron el gobierno de los radicales como legítimo. Sin embargo, tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos, Osama bin Laden, de Al Qaeda, fue acogido en el territorio. Como resultado, una coalición liderada por las tropas estadounidenses invadió el país ese mismo año y desalojó a los extremistas del poder.
Sin embargo, las acciones de los yihadistas nunca se detuvieron y llevaron a cabo una sublevación contra el gobierno afgano y las fuerzas internacionales que ocupaban el país. En 2017, los talibanes enviaron una carta abierta al presidente de Estados Unidos de aquel entonces, Donald Trump. Pidieron que el ejército estadounidense se retire del país.
En 2020 se firmó un acuerdo de paz por el cual Estados Unidos debía retirar las tropas del país y liberar a más de cinco mil soldados talibanes. Y el grupo extremista debía tomar medidas que impidieran que tanto ellos como otros grupos islamistas, como Al Qaeda, usen Afganistán para atacar a los estadounidenses y a los países aliados.
Sin embargo, la paz no se produjo y la violencia en el país alcanzó el nivel más alto en 20 años. En junio de 2021, los talibanes afirmaron que controlaban entre el 50% y el 70% del territorio afgano. "El mensaje de los talibanes permanece inflexible y no muestra ningún signo de reducir el nivel de violencia en Afganistán para facilitar las negociaciones de paz con el gobierno y otras partes interesadas afganas", advirtió un documento de la ONU.
¿Quiénes son los líderes de los talibanes?
Hibatullah Akhundzada, el tercer líder del grupo, es uno de los responsables del acuerdo con Estados Unidos (foto: BBC).
Desde 2016, Hibatullah Akhundzada lidera a los talibanes. El hombre, que responde al nombre de " regalo de dios " en árabe, es un erudito afgano de la segunda ciudad del país, Kandahar. Participó en la resistencia islámica en la década de 1980 y puede considerarse más un líder religioso que militar. Durante el gobierno talibán, fue responsable de los tribunales y dictó numerosas sentencias que preveían castigos a personas, violando los derechos humanos, como las ejecuciones públicas.
El actual jefe del grupo extremista tiene alrededor de 60 años y cultiva estrechos vínculos con la Shura de Quetta, una organización de la cúpula de los talibanes con sede en la provincia paquistaní de Baluchistán. Asumió el poder tras la muerte del mulá Akhtar Mansour, cuyo vehículo en el que viajaba fue alcanzado por una bomba disparada por un dron. De acuerdo con informaciones internas, el segundo líder del grupo había nombrado a Akhundzada como su sucesor en su testamento.
Otro hombre que desempeña un papel clave en las acciones del grupo es el mulá Abdul Ghani Baradar. Ayudó a fundar los talibanes y estuvo preso entre 2010 y 2013. Hoy es el líder del comité político del grupo y se ha reunido con Wang Yi, ministro de Relaciones Exteriores de China.
¿Cómo persiguen los talibanes a los cristianos en Afganistán y Pakistán?
Profesar su Fe en Jesús convierte al cristiano ex musulmán en una verguenza para toda la familia.
Todos los cristianos afganos son ex-musulmanes y no pueden vivir su Fe abiertamente. Si son descubiertos, deben huir de Afganistán, país número uno de la Lista Mundial de la Persecución 2022 o acabar asesinados. Algunos que estaban "locos" por dejar el Islam acabaron en hospitales psiquiátricos.
Sólo el hecho de explorar cualquier otra fe que no sea la revelada a Mahoma es inaceptable y hay que tomar medidas para que los descarriados vuelvan y obedezcan de nuevo al Islam. De ahí que no fue necesario atacar a los "infieles" que siguen a Jesús, ya que nadie sabe quiénes son.
Sin embargo, en Pakistán el escenario es diferente, ya que 4 millones de habitantes profesan la Fe en Jesús. Muchos de los atentados cometidos contra infieles no musulmanes son obra del grupo Tehrik-i-Taliban, que suele actuar sin grandes consecuencias, ya que el país se autodenomina musulmán desde su independencia en 1947 y hace la vista gorda ante la "fábrica de extremistas" creada en las madrasas pakistaníes.
A pesar de la aparente "libertad", la discriminación a los cristianos es algo institucionalizado, otorgándoles trabajos considerados indignos y despectivos. Algunos incluso son víctimas de trabajos forzados. Otra forma de acosar a los seguidores de Jesús es a través de la ley de blasfemia, en la que muchos son acusados, detenidos e incluso condenados a muerte por no estar de acuerdo con los relatos y valores islámicos, como ocurrió con la cristiana Asia Bibi.
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