Puertas Abiertas • 25 ago. 2022
Los cristianos fueron atacados mientras trabajaban en Giza, a las afueras de El Cairo (foto representativa)
El 28 de julio, Joseph Israel, de 70 años, estaba sentado frente a la tienda que administra junto a su hijo en Giza, cuando un hombre se acercó y lo apuñaló repetidamente. Su hijo, Emil, corrió para ayudar a su padre, pero también fue apuñalado. Padre e hijo fueron trasladados al hospital con heridas graves. Ahmad Mohamed Salah, de 43 años, responsable del atentado, fue detenido el mismo día.
Joseph y Emil ya recibieron alta en el hospital y se están recuperando en casa, pero Joseph sigue teniendo mucho dolor. "Le han dado más de 30 puntos de sutura por las puñaladas en el cuello", dijo Emil al portal de noticias World Watch Monitor.
La tienda de los cristianos está ubicada en una calle muy transitada del estado de Giza y no es bien aceptada por algunos vecinos musulmanes. No hace mucho, la tienda fue asaltada y saqueada y en el último ataque, Emil reconoció al responsable del mismo, que ya había estado circulando por la zona, probablemente premeditando el asalto.
Emil estaba dentro de la tienda cuando vio a Ahmad apuñalar a su padre: "Cuando corrí para intentar detener el ataque, Ahmad empezó a apuñalarme. Vecinos cristianos y musulmanes unieron sus fuerzas y entregaron a Ahmad a la policía. Fue detenido y se espera que lo mantengan en la cárcel mientras continúan las investigaciones”.
Testigos cercanos afirmaron que Ahmad forma parte del movimiento extremista islamista de los Hermanos Musulmanes, que trata de perjudicar a los negocios cristianos, entre otras acciones. La familia de Ahmad ha alegado que padece una enfermedad mental, una estrategia de defensa muy utilizada que, cuando se demuestra, da lugar a sentencias indulgentes.
Ola de ataques
El ataque a José y Emil fue el último de muchos otros ataques contra cristianos en Egipto este año. En febrero, un líder cristiano fue asesinado delante de los jóvenes a los que discipulaba durante una excursión en grupo a la playa. En abril, el cristiano Rani Rafat fue asesinado a la entrada del trabajo, y en junio el cristiano Megali fue empujado de su moto y apuñalado, murió a causa de sus graves heridas. La cristiana Mona, de 35 años, fue atacada en una zona rural de Egipto por un extremista islámico con una hoz, pero sobrevivió.
La hostilidad de los extremistas islámicos contra los cristianos es preocupante. En todos los casos citados, se ha observado que los medios de comunicación han transmitido mensajes de líderes y grupos extremistas que fomentan la yihad (lucha islámica contra la influencia occidental) y la imposición de la sharia (conjunto de leyes islámicas).
La mayoría de los casos se quedan sin un juicio adecuado. El gobierno organiza incluso sesiones de reconciliación entre víctimas y agresores, pero en la práctica esto sólo retrasa las condenas de los perseguidores que, al salir de la cárcel, vuelven a atacar y matar a los cristianos en Egipto.
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