Puertas Abiertas • 26 ago. 2022
David trató de difundir el evangelio en su comunidad, pero fue castigado por los líderes tradicionales
En el mes de agosto (9/8), se celebra el Día de los Pueblos Indígenas, fecha escogida por la ONU para reconocer las necesidades de estas comunidades, que muchas veces son ignoradas. De hecho, muchos cristianos son agredidos por proclamar el evangelio de Cristo entre los pueblos indígenas.
Esta es la historia de David, un joven cristiano indígena que vivió los desafíos y la transformación que trae el evangelio a las comunidades indígenas de Colombia.
Futuro ‘líder mamo’
Cuando David nació, toda su vida ya estaba planeada como hijo de una autoridad ‘mamo’. Los Mamos son líderes religiosos de las tribus Ogkui y Arhuaco en la Sierra Nevada de Santa Marta, una cadena montañosa colombiana. Estas tribus siguen una religión animista, es decir, rinden culto a diferentes espíritus y elementos de la naturaleza. El padre de David era un líder mamo y, desde los primeros años de vida de David, enseñó los diferentes rituales que hacía, para que, en el futuro, David siguiera los pasos de su padre.
Incluso al crecer en el centro de la cultura y las creencias indígenas, David preguntaba a su padre y a otras autoridades sobre rituales, dioses, el más allá y otros asuntos que despertaron su curiosidad. Ninguna respuesta calmó su inquietud. En el corazón de David ya había un deseo de vida eterna: “Nunca quise ser mamo. Las cosas que hizo mi padre no tenían sentido para mí”.
Una nueva vida en Cristo
David no conocía a ningún cristiano, pero de niño descubrió una escuela cristiana en la comunidad donde vivía. Como no hablaba español, fue excluido entre los cristianos. Aun así, luchó por leer las Escrituras y orar. Después de este primer contacto con el Señor, David experimentó un milagro en el que reconoció la existencia y el señorío de Jesús. Entonces, comenzó a viajar a otras ciudades, predicando el evangelio y orando por la gente. Después de un tiempo, decidió regresar a su ciudad natal.
Allí, fue presionado por las creencias de los Mamos. “Para los pueblos indígenas, perder la fe es perder la identidad. Por eso tratan a los cristianos con desprecio. Cualquiera que no obedezca puede ser arrestado o incluso expulsado de las comunidades, además de que se le prohíbe adorar en la tribu”.
Por lo tanto, la opción es hacer todo en secreto, como dice David: “Nos reunimos en la noche. Caminamos en absoluto silencio, con dos linternas, hasta llegar a un lugar apartado donde pudimos adorar. No había alabanzas ni ningún otro ruido entre nosotros y siempre cambiábamos de ubicación, para no ser descubiertos.”
A pesar de esto, los mamos descubrieron uno de los cultos que David lideraba y dijeron que estaba confundiendo a la gente. Entonces, lo llevaron prisionero. Él no recibía ni alimentos, ni agua, y poco a poco, comenzó a enfermarse. Los socios de Puertas Abiertas han estado ayudando a este hermano en la fe desde que lo conocieron. Le llevan donaciones de medicinas y alimentos.
Apoya a los cristianos perseguidos en Colombia
Cuando un indígena se convierte al cristianismo en Colombia, es intensamente presionado para que abandone a Jesús. Con tu donación, estos hermanos pueden recibir apoyo económico y apoyo para fortalecer su fe.
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