Puertas Abiertas • 14 nov. 2021
Kim comentó que el país se enfrentaba a la peor situación de su historia y a"numerosos desafíos sin precedentes
Las palabras en el inicio de esta noticia forman parte de un mensaje que recibimos recientemente de un cristiano norcoreano que nos habló de la crisis alimentaria a la que se enfrentan los norcoreanos en su país. Aunque hace poco se conoció la buena noticia de que Corea del Norte ha reabierto las líneas de comunicación con Corea del Sur, las condiciones de vida diarias de los ciudadanos norcoreanos continúan empeorando.
Normalmente, Corea del Norte tarda en admitir cualquier cosa negativa en el país o en pedir ayuda a la comunidad internacional. Pero en abril, el gobernante norcoreano Kim Jong-un hizo declaraciones públicas sobre la crisis, lo que indica una situación grave.
Dirigiéndose a los funcionarios de su partido, el líder, de 37 años, les pidió que "se preparen para combatir una nueva Ardua Marcha". La Ardua Marcha se refiere al nombre que el pueblo norcoreano dio a la gran hambruna de los años 90 en la que murieron entre 2 y 3 millones de personas.
La referencia de Kim a la "Ardua Marcha", nos da una visión de la crisis a la que se enfrentan actualmente los norcoreanos. Días antes de la conferencia, Kim comentó que el país se enfrentaba a la "peor situación de su historia" y a "numerosos desafíos sin precedentes". Son términos que Kim nunca había utilizado en público, lo que sugiere que la crisis es grave para el pueblo norcoreano, incluidos los más de 400.000 cristianos clandestinos estimados.
Lamentablemente, la escasez de alimentos no es inusual para la mayoría de los norcoreanos. El país experimenta a menudo fenómenos meteorológicos extremos, como las inundaciones, que ahogan cualquier cosecha. Los pocos alimentos que se cosechan no suelen llegar a los ciudadanos que viven en áreas rurales.
Corea del Norte aplica una política de "primero los militares", lo que significa que los funcionarios de alto rango y los militares reciben la primera asignación de alimentos y otros productos esenciales; el resto de la población recibe lo que queda, que a menudo no es mucho.
Un bien preciado
La crisis mundial del COVID-19 ha agravado aún más esta situación. Al principio de la pandemia, en un intento de mantener fuera el virus, Corea del Norte cerró completamente sus fronteras. Las restricciones impidieron las importaciones oficiales de otros países y frenaron el contrabando de mercancías para venderlas en el mercado ilegal, donde los norcoreanos suelen obtener sus alimentos, medicinas y otros artículos de primera necesidad. Aunque ahora se ha reanudado parte del comercio y las fronteras ya no están completamente cerradas, la situación sigue siendo crítica.
"La gente está preocupada por el precio del arroz, el maíz y los alimentos esenciales, que han subido rápidamente", nos dijeron los norcoreanos. Explicaron que los precios de algunos artículos, como la sal y el aceite de cocina, se han cuadruplicado.
El precio del maíz, la dieta básica de la mayor parte de las zonas rurales de Corea del Norte, ha fluctuado enormemente. A veces, 35 onzas de maíz (aproximadamente 1 kilo) está costando más de que el salario de un mes.
Los alimentos son un bien escaso y preciado. Los norcoreanos nos dijeron: "Hay nuevas vallas de alambre de espino construidas alrededor de las granjas y fábricas de alimentos, con guardias vigilando las 24 horas del día".
"La mayoría de las familias no tienen acceso a arroz", continuaba el mensaje. "En su lugar, están comiendo speedy powder (Polvo rapido) y verduras silvestres que pueden forjar ellos mismos". En Corea del Norte, el "speedy powder" es un caldo salado con pocos nutrientes; difícil de ingerir.
"Algunos hogares tienen dificultades para comer incluso una vez al día", nos cuentan nuestras fuentes.
Alimento para 60.000 norcoreanos
Aunque la situación pueda parecer desesperadora, tus oraciones y tu apoyo están ayudando a nuestros hermanos y hermanas norcoreanos a sobrevivir. A través de nuestros centros para refugiados y redes en China que atienden a los refugiados norcoreanos, Puertas Abiertas está proporcionando ayuda alimentaria vital para 60.000 norcoreanos cada año, así como medicamentos y ropa.
Un cristiano norcoreano comparte: "Nos sentimos abrumados cuando recibimos estos alimentos. No importa las circunstancias que encontremos, superaremos todas las dificultades juntos, con su apoyo amoroso y sus oraciones. Es la gracia y la bendición de Dios sobre nosotros que nos mantiene".
Aunque el cierre de las fronteras ha dificultado que nuestras redes proporcionen alimentos a los norcoreanos que llegan a China, por la gracia de Dios el trabajo ha continuado. Incluso hemos aumentado la cantidad que proporcionamos, dice el hermano Simon*, coordinador del ministerio de Puertas Abiertas en Corea.
"Nuestros proyectos de distribución que proporcionan alimentos y medicinas a los cristianos norcoreanos han sido muy importantes para apoyar su supervivencia durante esta situación desesperada en Corea del Norte", explica. "Y hemos aumentado la cantidad que proporcionamos. Incluso en tiempos tan difíciles, Dios sigue mostrándonos su fidelidad".
El hermano John* Es un colaborador de Puertas Abiertas que ha ayudado en la distribución de alimentos para los norcoreanos en nuestros refugios en China. Él comparte lo que a menudo escucha de los creyentes norcoreanos: "Todos dicen que ni siquiera sus familiares les ayudarían como lo hacemos nosotros. Muchos de ellos viajan a China para visitar a sus familiares y pedirles ayuda. Pero en muchos casos, esos familiares no pueden ayudar; algunos no están dispuestos.
"Así que cuando les damos algo, empiezan a llorar. Lloran e intentan dar las gracias, pero sabemos que hay cosas que no se pueden decir con palabras, vemos toda su gratitud a través de las lágrimas en sus rostros".
Muchos creyentes norcoreanos comparten la poca comida que tienen con otros y hacen lo mismo con la comida que reciben de Puertas Abiertas, llamada de "arroz sagrado". El hermano John recuerda haber conocido a una mujer norcoreana cuya abuela compartía su comida con sus vecinos.
"Cuando era joven, se enfadaba mucho con su abuela por repartir comida cuando no quedaba suficiente para la familia", dice el hermano John. "Su abuela sonreía y decía: Así es la vida". En aquel momento, esta mujer no sabía que su abuela era cristiana. Después de huir del país y convertirse en cristiana, se dio cuenta de que las canciones que cantaba su abuela eran canciones cristianas.
Gracias de todo corazón
Otro mensaje que recibimos de un creyente norcoreano que recibió ayuda en un refugio en China refleja tanto la fe valiente como la simple gratitud: "Con amor eterno, Dios cuida de nosotros. Como representante de la iglesia clandestina norcoreana, quiero darle las gracias a los cristianos de todo el mundo que oran y donan por nosotros. Se lo agradezco de todo corazón".
Gracias por ayudar a mantener vivos a nuestros hermanos y hermanas norcoreanos. Puede parecer algo insignificante levantar una breve oración, hacer una donación, pero para nuestra familia de la iglesia norcoreana esto puede significar la diferencia entre la vida y la muerte.
*Nombres e imágenes representativas utilizadas por razones de seguridad.
Ayuda cristianos norcoreanos refugiados en China
Ahora puedes marcar la diferencia en la vida de los refugiados cristianos norcoreanos en China. Tu donación le proporciona alimentos, medicinas y ropa a nuestros hermanos y hermanas que se enfrentan al hambre. ¡Ayuda ahora!
Banco Estado | Nº 3477 1228 854
Misión Puertas Abiertas
RUT 65184324-3
Cuenta vista o Chequera Electrónica
Sucursal Tajamar
Casilla N° 261
Av. Providencia, 1466
Santiago - Chile
Teléfonos:
(+55) 11 99629-9010
(+56) 9 9968- 2161