¿Cuál es el impacto del Talibán en los grupos extremistas de África?

En agosto, el grupo extremista islámico Talibán tomó el poder en Afganistán y el país está en crisis desde entonces. El hecho de que los extremistas se quedaran con el control del país repercutió en otros grupos yihadistas de muchas partes del mundo, como es el caso de África. 

En muchos países africanos, donde también actúan los yihadistas, los gobernantes son considerados corruptos, débiles e ineficaces. Por esta razón, las tropas armadas de Estados Unidos están presentes en estas regiones, al igual que en Afganistán. Como resultado, muchos extremistas han llegado a creer que mientras los gobiernos de la región sean corruptos y débiles, es inevitable que un día las fuerzas extranjeras decidan marcharse y los extremistas tomen el poder. Este es posiblemente el principal pensamiento de los miembros del grupo Al-Shabaab, activo en Somalia y la región. 

Al-Shabaab lleva a cabo varios atentados tanto en Somalia como en los países vecinos. (foto: AFP) 

Al-Shabaab lleva muchos años luchando contra el gobierno somalí. El gobierno del país sigue siendo corrupto y débil, y la relación con los dirigentes es incluso peligrosa, ya que cualquier crisis en esa relación podría provocar una crisis en el gobierno. Al igual que en Afganistán, los militantes de Somalia financian sus operaciones mediante impuestos ilegales y otras actividades ilícitas. Creen que "es sólo cuestión de tiempo que el mundo se rinda ante los gobiernos corruptos y débiles". En su opinión, es inexplicable que las potencias extranjeras sigan financiando una guerra interminable y un gobierno totalmente desconectado de su propio pueblo. La caída de Afganistán bajo los talibanes puede reforzar esta opinión. 

¿Surgirán nuevos grupos extremistas? 

La caída de la capital, Kabul, bajo el dominio de los talibanes, también podría dar lugar a la creación de nuevos grupos yihadistas. En muchos países africanos puede haber grupos extremistas que no eran violentos, pero que pueden llegar a serlo cuando ven que el poder puede alcanzarse mediante la violencia. Por tanto, existe la posibilidad de que surjan nuevos grupos yihadistas en algunos países africanos. 

Cooperación con las fuerzas internacionales 

Otro episodio importante en la crisis de Afganistán es la evacuación de los extranjeros que viven en el país y de los ciudadanos locales que apoyaban la lucha contra los talibanes. Los portales de noticias mostraron vídeos de personas que intentaban desesperadamente subir a los aviones para huir del país. El punto que ha suscitado el miedo y el deseo de abandonar el país en la población es: luchar contra las acciones de los extremistas. Los yihadistas calificaron de "traidores" a quienes cooperaron con el gobierno y las fuerzas internacionales. Lo ocurrido a los afganos pone en alerta a los ciudadanos de otros países que actualmente cooperan con el gobierno y las fuerzas internacionales. 

Los ciudadanos que apoyan al gobierno y están en contra de los grupos extremistas son vistos como traidores por los yihadistas.

¿Qué esperar de los grupos extremistas? 

Para muchos grupos islamistas radicales de África, el triunfo de los talibanes es un incentivo esperanzador, e incluso puede atraer a nuevos reclutas de todo el mundo. También puede dar lugar a la proliferación de otros grupos yihadistas.  

Lo ocurrido en Afganistán debería servir de lección a nivel internacional: cualquier acción militar contra los grupos islamistas radicales debe ir acompañada de un cambio. Cambio que es percibido por la población y cambio democrático hacia gobiernos sin corrupción. En ausencia de estos importantes indicadores, las operaciones no pueden aportar la solución deseada y es poco probable que consigan combatir a los yihadistas para siempre.

Ayuda a los que más lo necesitan 

Al igual que los seguidores de Cristo en Afganistán, más de 340 millones de cristianos de todo el mundo se enfrentan a dificultades en medio de crisis y conflictos, lo que aumenta su vulnerabilidad. Con tu donación, ayudas a que los cristianos de los países más vulnerables tengan cubiertas sus necesidades básicas.