Puertas Abiertas • 5 jun. 2022
Muchas familias tuvieron problemas con el extremismo religioso en el país
En un reciente decreto, Afganistán decidió exigir que todas las mujeres se cubran el rostro cuando salgan en público. Un socio local de Puertas Abiertas dijo: "Piden que se cubran el rostro porque es como un uniforme talibán. No les basta con el pañuelo en la cabeza porque se les sigue viendo la cara".
Afganistán siempre ha sido un país conservador, incluso durante los 20 años de intervención estadounidense. Antes de los talibanes, las mujeres sólo necesitaban el pañuelo para caminar en público. Solo en algunas zonas rurales las mujeres llevaban se cubrian el rostro (burka). Con el nuevo decreto, todos los derechos conquistados por las mujeres en el país retrocedieron.
Mahbouba Seraj, una destacada periodista y activista afgana, destacó en una entrevista con la BBC varios problemas del país, como la falta de escuelas, el desempleo, el hambre, atentados suicidas, entre otros. Pero "el país ha elegido ir a las mujeres. Las mujeres no son el problema", dice.
Una mujer que vivió los desafíos del extremismo religioso afgano fue Saleha (seudónimo). Ella y su marido eran miembros del Movimiento por la Esperanza, que pretende llevar el verdadero amor a Afganistán. A diferencia de la mayoría, es que ellos se casaron por amor. "Fui privilegiada porque amaba a mi esposo y fui amada por él. No me agredió como otros maridos de la región. Incluso me enseñó a leer y escribir".
Al verlos, el pueblo comenzó a sospechar de ellos. "Veían a nuestra familia como algo malo, un comportamiento poco radical. Creían que habíamos abandonado el Islam y apoyábamos los planes de Occidente". Debido a esto, se volvió demasiado peligroso continuar donde estaban. Pero antes de moverse, el esposo de Saleha desapareció. "Él fue secuestrado y yo me quedé sola, sin nadie que me cuidara". Algunos de sus amigos íntimos que confiaban en la misma esperanza se ocuparon de ella.
Propósito de esperanza
Saleha se trasladó a otra ciudad donde una familia la cuidó de ella, como si fuera su propia hija. Pero continúa creyendo que su esposo está vivo. "Lo quiero tanto, que me niego a creer que haya muerto. Para mí, está vivo y cada vez que oigo alguna noticia o alguien llama a la puerta, pienso que podría ser él".
Después de muchos trastornos por la desaparición de su esposo y las dificultades, Saleha comprendió quién estaba con ella, protegiendo su vida y cuidando de todas sus necesidades. Recordó el propósito que ella y su esposo tenían para su nación y que incluso en los momentos más difíciles no estaba sola.
A partir de entonces, el sacrificio de perder a su esposo pareció pequeño frente al mayor sacrificio de la historia. Saleha aprendió a formar parte de la familia que la acogió. Ahora ve a las niñas como hermanas menores y les enseña la palabra de Dios. Saleha comprendió que fue llamada para eso.
Peticiones de oración
Ayuda a los refugiados afganos
Como Saleha, otras familias fueron víctimas del extremismo religioso. Tu donación, puede ayudar a cubrir las necesidades básicas de estas familias que tuvieron que huir para salvar sus vidas y darles el apoyo que necesitan para permanecer en su fe.
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