Puertas Abiertas • 19 ene. 2025
El gobierno no provee ningún suministro, pero continúa exigiendo la recolección de provisiones en la agricultura (foto representativa)
A principios de 2024, el gobierno norcoreano anunció regulaciones más estrictas y un aumento en la represión, lo que dejó a los norcoreanos aún más aterrorizados y atemorizados. Un ejemplo de ello fue la ejecución pública de alrededor de 30 estudiantes de secundaria por haber visto un drama surcoreano en un pendrive, además de varios adolescentes de 17 años que fueron sentenciados a cadena perpetua o a la pena de muerte por motivos similares en junio y julio de 2024, según autoridades norcoreanas.
Además, un funcionario del gobierno informó sobre numerosos norcoreanos sentenciados por haber recogido botellas de plástico con arroz cocido provenientes de Corea del Sur. Mientras el líder norcoreano Kim Jong-un y su familia llevan una vida de lujo, la situación de la mayoría de la población empeora: enfrentan hambre y necesidades desesperadas.
Durante el periodo de confinamiento por la COVID-19 y después de su finalización, el gobierno alertó oficialmente a la población sobre una nueva "Marcha Árdua" en Corea del Norte. La "Marcha Árdua" hace referencia a la Gran Hambruna de finales de los años 90, un periodo en el que murieron más de tres millones de personas debido a la falta de alimentos. La situación actual es consecuencia del prolongado confinamiento en el país, que detuvo todo comercio, impuso un control estricto sobre el mercado y colapsó el sistema de distribución pública. Estas medidas empeoraron significativamente la ya existente escasez de alimentos en Corea del Norte.
En la actualidad, muchos ciudadanos, incluidos cristianos, tienen dificultades para encontrar comida a diario. La cosecha del último año fue escasa debido a desastres naturales, falta de fertilizantes y semillas de baja calidad. Esto provocó un aumento desmedido en los precios de los alimentos y una grave falta de provisiones en el mercado. El gobierno no provee ningún suministro, pero sigue exigiendo la recolección de provisiones agrícolas y más trabajo en fábricas y lugares de construcción, lo que agrava la situación.
Los cristianos norcoreanos se ayudan y apoyan entre sí para sobrevivir en este difícil periodo. Comparten alimentos, principalmente con los enfermos, ancianos y niños, es decir, con los más vulnerables. A pesar de los desafíos, los cristianos hacen todo lo posible por cuidar de quienes enfrentan necesidades extremas.
Muchos cristianos norcoreanos refugiados regresan a Corea del Norte después de recibir ayuda física y espiritual en casas seguras. Con una donación, puedes garantizar el funcionamiento de estas casas y brindar ayuda de emergencia a refugiados norcoreanos que huyen de la persecución extrema.
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