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Corea del Norte

Programas de radio para los cristianos norcoreanos

La única forma en que muchos cristianos en Corea del Norte reciben contenido cristiano es a través de programas de radio clandestinos. Una donación de US$ 20,00 dólares (aprox. 17.000 pesos chilenos) permite que los cristianos norcoreanos aislados tengan acceso a transmisiones de radio que los conectan con Jesús y los fortalecen.

La persecución a los cristianos en Corea del Norte

Las emisoras de radio en Corea del Norte solo pueden sintonizarse en frecuencias estatales. Por lo tanto, los cristianos deben encontrar radios en el mercado negro o conseguirlas a través de nuestra red secreta en China.

Puertas Abiertas opera un ministerio de radio que transmite desde fuera de Corea del Norte pero llega a miles de cristianos secretos en el país más cerrado para el evangelio.

Nuestros programas diarios incluyen lectura de las Escrituras, estudios bíblicos e instrucción teológica para ayudar a la iglesia secreta del país a crecer en fe y sabiduría. Nuestro objetivo es apoyar y fortalecer a los cristianos norcoreanos secretos y ayudarlos a educar a la próxima generación de cristianos.

Conoce a Ji-ho

Cuando era pequeña Ji-ho (seudónimo) vio cómo agentes estatales se llevaban a su padre después de que encontraron un libro secreto (que solo más tarde descubrió que era la Biblia) enterrado en el jardín de su casa. Lo que no sabían es que en la casa también había una radio, escondida detrás de una de las fotografías de los líderes del país.

Mientras crecía sola, una de las cosas que hizo para mantener la memoria de su padre fue escuchar la radio todas las noches. Sin embargo, una vez, mientras buscaba una nueva emisora, encontró a alguien que decía exactamente lo que su padre le había enseñado. Pero descubrió que las lecciones que le enseñó su padre provenían de un hombre llamado Jesús.

“A partir de entonces, siempre que podía escuchaba esa emisora y comencé a aprender otras cosas sobre Jesús. Cuanto más escuchaba, más me convencía: este Jesús era el gran maestro del que me enseñó mi padre. Jesús quería ser mi Señor y Salvador y yo quería seguirlo, como mi padre”, dice. A pesar de sentirse frágil en su fe, Ji-ho comparte que escuchar programas cristianos la ayudaba a no sentirse tan sola. Además, conocía más sobre Jesús y podía compartir sus enseñanzas con otras personas a su alrededor.

Corea del Norte

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