Puertas Abiertas • 3 feb. 2024
A pesar de todos los riesgos, Saleh sigue siendo un rayo de esperanza para otros cristianos en Yemen (foto representativa)
Saleh* no siempre estuvo en la lista de los más buscados de Yemen, después de todo ni siquiera nació en una familia cristiana. Sus padres no eran muy religiosos ni estrictos, y su infancia transcurrió en un hogar secular. El interés de Saleh por el cristianismo comenzó cuando estudiaba en una ciudad lejos de su tierra natal. Sin embargo, él temía la reacción de su familia ante su nueva fe.
Cuando se armó de valor para contarle a su padre su interés por el cristianismo, descubrió que su padre ya era seguidor de Cristo y estaba dispuesto a responder a todas sus preguntas. El padre había ocultado su fe a su hijo, una práctica habitual en la región, ya que los padres pueden correr peligro si sus hijos revelan a otros una fe distinta del islam. Ese mismo año, Saleh decidió seguir a Jesús.
De adolescente, Saleh tuvo un sueño recurrente en el que cantaba en un escenario y la gente aplaudía. No lo entendió hasta que se hizo cristiano. Cuando empezó a asistir a las reuniones de la iglesia, descubrió que su padre componía canciones de alabanza. Como ambos eran seguidores de Jesús, Saleh y su padre decidieron grabar juntos un álbum con 13 canciones, todas cantadas por Saleh y escritos por su padre. Fue entonces cuando Saleh hizo realidad su sueño: utilizaría su talento cantando para Jesús. Después de eso, también se convirtió en el líder de una iglesia secreta en Yemen.
Hombres locos
Saleh y Fawzi eran conocidos como "hombres locos" porque evangelizaban regularmente delante de la mezquita local. Esto les llevó a ser interrogados y acusados de apostasía (foto representativa).
Saleh y su compañero de ministerio, Fawzi, eran conocidos como "hombres locos" en la ciudad. Evangelizaban regularmente delante de la mezquita local, una actividad peligrosa en Yemen. Con el tiempo, expandieron su evangelismo y se aventuraron fuera de la ciudad, viajando por todo el país para difundir el mensaje de Jesús. Pero la persecución por este tipo de audacia es inevitable en un país como Yemen, y la presión comienza en su ciudad. Saleh y Fawzi han sido interrogados y acusados de apostasía, un cargo que puede acarrear la pena de muerte.
Sin embargo, familiares de la tribu de Saleh lo apoyaron. En Yemen, esto a veces importa más que otras cosas. La lealtad al linaje tribal es una de las cosas más importantes en la cultura yemení. Aunque a muchos de la tribu no les gustaban sus actividades, dudaban en enfrentarse directamente a él, y a menudo acudían en su ayuda en situaciones difíciles.
Mientras Saleh y Fawzi viajaban por el país, tuvieron algunos encuentros sorprendentes. "Como nuevos cristianos y futuros líderes, tuvimos la oportunidad de participar en capacitaciones y cursos esenciales fuera de Yemen [algunos dirigidos por socios de Puertas Abiertas]. Las formaciones nos prepararon para el ministerio y nos ayudaron a profundizar aún más en la Biblia", dijo Saleh.
Un día, en el aeropuerto, cuando se disponía a acudir a uno de estos seminarios, Saleh fue detenido. "Me invadió una ola de confusión e incredulidad mientras me llevaban a una sala de interrogatorios. Las autoridades fueron implacables en su búsqueda de respuestas. Me preguntaron si intentaba salir del país, qué secretos guardaba y si tenía relaciones con Occidente. Para mi sorpresa, en lugar de detenerme, los agentes me hicieron una oferta. Me pidieron que me uniera a ellos porque creían que sería un activo valioso", recuerda.
Saleh se negó, disculpándose por declinar la oferta de trabajo. Dijo: "Soy un humilde agricultor. Mi corazón desea una vida sencilla. No tengo nada que ver con el mundo militar y de la seguridad. Ese negocio no es para mí". Después de este incidente, Saleh permaneció en Yemen y comenzó a participar en el discipulado y la formación en línea. "Alabo a Dios por las reuniones en línea, después de todo, a veces son la única alternativa para ser entrenado y preparado", dice.
El que conoce a Jesús
Saleh puso en marcha una red de iglesias domésticas en Yemen, donde alrededor del 70% de los cristianos no se reúnen con regularidad por cuestiones de seguridad o porque no conocen a otros cristianos (foto representativa).
En un momento dado, Saleh tuvo que huir de Yemen a causa de la guerra, no de la persecución. "Cuando un misil alcanzó la casa vecina a la nuestra, la presión del impacto rompió todas nuestras ventanas. Sin embargo, milagrosamente, nadie resultó herido. Unos días después, otro misil alcanzó nuestro depósito de agua y de nuevo, de forma impresionante, sobrevivimos. Pero esta vez decidimos que era hora de marcharnos", explica.
Se fue en barco a un país vecino y, una vez allí, se alojó en un campamento con muchos refugiados yemeníes. Allí habló abiertamente de Jesús y muchos se acercaron a Cristo. "Llegué a ser conocido como la persona que conoce a Jesús. La gente quería hablar, escuchar y debatir conmigo. Hablábamos durante horas. Mantenía conversaciones profundas y muchas personas llegaron a conocer a Cristo. También animé a los que querían volver a Yemen a servir allí", afirmó.
Yemen siempre ha estado en el corazón y la mente de Saleh. Ama su tierra y empezó a preguntar a Dios cómo podía seguir llevando a los yemeníes hacia Jesús. Fue así que decidió crear una red de iglesias en su país. Alrededor del 70% de los cristianos de Yemen no se reúnen con regularidad, por razones de seguridad o porque no conocen a otros cristianos. Las iglesias en las casas son la única forma de comunión. Las iglesias domésticas son la única forma de confraternidad.
"Hemos fundado una iglesia en una zona más segura, donde los líderes pueden reunirse, estudiar la Biblia, orar, recibir ánimo y formación y comenzar un ministerio", explica. Como Saleh sabe, cualquier tipo de trabajo para Jesús en Yemen conlleva un riesgo, pero dice que merece la pena. "Si nos quedáramos en casa, estaríamos más seguros. Pero, ¿qué clase de cristianos seríamos si no arriesgáramos nuestras vidas para que otros conozcan la vida?", dijo.
Cristianos en cada rincón del país
Saleh comenzó a viajar para establecer y fortalecer la iglesia, lo que se tradujo en amenazas de muerte recibidas por teléfono (foto representativa)
Saleh entraba y salía del país para establecer y fortalecer la iglesia en Yemen, pero debido a las amenazas de muerte recibidas por teléfono, tuvo que permanecer escondido en el país. Aun así, Dios utilizó a la iglesia para brillar en los momentos oscuros de Saleh. La montaña rusa de días buenos y malos hizo madurar su relación con Jesús.
Cuando el peligro remitió, Saleh pudo abandonar el país y se trasladó de nuevo fuera de Yemen. Sin embargo, hoy sigue viajando a Yemen y a otros países donde viven yemeníes. Su objetivo es discipular, enseñar, animar, escuchar, ayudar y pastorear. "La iglesia de Yemen vive en condiciones difíciles, pero está creciendo", afirma.
"Espero que pronto haya cristianos en todos los rincones del país, que en cada pueblo y ciudad salgan a compartir el Evangelio mediante palabras y acciones. Mi sueño va más allá de las fronteras de Yemen. Oro para que la Iglesia se extienda fuera de Yemen, a partes de África, y al resto de la Península Arábiga", afirma.
El riesgo continuo no impide a Saleh seguir el llamado de Dios. Ya sea enfrentándose a una guerra peligrosa, a interrogatorios en el aeropuerto o a amenazas de muerte por teléfono, él continuará siguiendo el camino de Jesús. "A menudo me llaman loco, porque los cristianos yemeníes conocen las amenazas que recibo y lo que me ocurre, pero todo esto renueva mi determinación y mi ánimo para proclamar el mensaje de Cristo en Yemen. Necesitamos siervos valientes que proclamen el mensaje de Dios en este país", concluye.
Alimentos para los cristianos empobrecidos por la guerra
Con la guerra, la gente en Yemen no puede permitirse comprar comida. Tu donación garantiza alimentos para un cristiano que se enfrenta a una persecución extrema en Yemen, ayudando a su familia a sobrevivir.
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