Los efectos de Boko Haram en Camerún

La sublevación de Boko Haram, que quiere convertir el norte de Nigeria en un Estado Islámico, provocó una tragedia cuyos efectos permanecerá por muchos años. Además de operar en Nigeria, los militantes expandieron su batalla para territorios vecinos de África Occidental.

En lugares como el norte de Camerún, las aldeas sufren ataques regulares. Esto hace que la vida sea difícil para la mayoría de los cameruneses, especialmente para los cristianos, que son un blanco particular. Puertas Abiertas camina con estas comunidades y fue testigo del extraordinario valor que tienen diariamente nuestros hermanos.

En la región fronteriza de Mayo-Tsanaga, en el extremo norte de Camerún, 2019 fue un año especialmente difícil para los cristianos que viven allí. En enero de 2019, los insurgentes saquearon e incendiaron dos iglesias, prendieron fuego a una clínica gestionada por la iglesia y a varias casas en los pueblos de Gossi y Toufou. La inestabilidad sigue presente.

Un costo elevado

Lami Mari, de 22 años, quedó viuda, porque mataron a su marido en un ataque de Boko Haram y ahora cuida sola de su hijo, Kochika.

Desde que comenzaron los ataques, los militantes destruyeron varias iglesias. Cada vez que abren una iglesia, los militantes también intentan deshacerse de ella. En una ocasión trataron de forzar la puerta de acero y prender fuego al edificio, explica un anciano de la iglesia mientras señala los agujeros de bala. Pero, felizmente, la iglesia sigue en pie. Explica la acción de los militantes en uno de los atentados: "Llegaron alrededor de las 6 de la tarde, gritando Allahu Akbar (Alá es el más grande). La gente huyó. Los responsables del ataque destruyeron todo lo que tenía valor".

Cuando Boko Haram ataca, no hay tiempo para que los aldeanos recojan sus posesiones. Los militantes no sólo saquean y destruyen las pertenencias personales esenciales para la supervivencia, sino también los valiosos recursos de la iglesia y las Biblias.

El costo personal para los cristianos del extremo norte de Camerún es muy alto. Un ejemplo de ello es Lami Mari, una viuda de 22 años. Se quedó sola para cuidar de su hijo, Kochika. Su esposo, Baba Boukar, de 27 años, fue asesinado el 4 de noviembre, junto con Blama Angola, de 29 años, ambos miembros de la iglesia UEEC. Según los informes, los hombres fueron emboscados y asesinados por militantes de Boko Haram. Sus cuerpos fueron simplemente arrojados y después detectados por las fuerzas de seguridad que patrullaba la zona.

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La violencia contra los cristianos crece cada año. Los incidentes se producen de diversas formas, a menudo con la muerte de cristianos y el ataque a iglesias y pueblos. Así va la iglesia en Nigeria y África Occidental, sobreviviendo. Mientras se enfrentan a esta tormenta, tu apoyo marca una gran diferencia en sus vidas. La invitación es para que no sólo veas y conozcas la situación. Sino Haz algo más!. Entra en la historia de nuestros hermanos africanos y clama en unidad con tu iglesia ¿Quieres saber cómo? Participa del Domingo de la Iglesia Perseguida 2022. Haga clic y registra a tu iglesia!