Puertas Abiertas • 29 dic. 2022
Los cristianos y las iglesias sufren una gran presión en Eritrea desde hace 20 años (foto representativa)
El líder cristiano Fikremariam Hagos Tsalim fue detenido en el aeropuerto internacional de Asmara, capital de Eritrea, el 15 de octubre de este año. Regresaba de un viaje a Europa cuando fue detenido. Según la organización estadounidense USCIRF, el cristiano Fikeremariam era objetivo del gobierno porque denunciaba violaciones de derechos humanos en el país.
Se cree que está recluido en la conocida prisión de Adi Abeto, a las afueras de la capital. Otros portales de noticias confirmaron que otros dos líderes cristianos, cuyos nombres no se revelaron, fueron detenidos el mismo día y también están recluidos en la prisión.
Prisión y restricciones
La detención de Fikremariam demuestra que ni siquiera los miembros de las iglesias registradas en Eritrea están protegidos de las presiones e injerencias del gobierno. Las autoridades se apresuran a silenciar cualquier crítica de los líderes cristianos, tanto católicos como ortodoxos y evangélicos, autorizados por el gobierno. Las medidas van desde el cierre de iglesias hasta detenciones arbitrarias.
En 2019, el gobierno cerró hospitales gestionados por iglesias cristianas en Eritrea y luego transfirió su propiedad y administración al Estado. Lo mismo ocurrió con las escuelas cristianas después de que varios líderes cristianos, entre ellos el propio Fikremariam, escribieran una carta pastoral pidiendo que se garantizaran los derechos humanos y la libertad religiosa.
La iglesia permanece sirviendo
El líder cristiano Mussie Zerai, que nació en Eritrea pero vive exiliado en Suiza, declaró en una entrevista: "El régimen oprime constantemente a las iglesias cristianas de Eritrea para cumplir su agenda política e ideológica; además, el gobierno difama a la comunidad cristiana para debilitar nuestro papel en la sociedad. Los líderes cristianos de toda Eritrea están alzando la voz contra la confiscación ilegal de bienes de la iglesia y se han esforzado por defender la misión de la iglesia, que es servir a la gente".
Y añadió: "Fikremariam es una de las pocas personas del país que defienden la verdad. Vive la vocación de fe a la que fue llamado". Además de mantener en la cárcel a destacados líderes cristianos durante casi dos décadas, el gobierno eritreo sigue persiguiendo a cualquiera que asista a servicios organizados fuera de las cuatro confesiones religiosas autorizadas en el país.
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