Puertas Abiertas • 30 ago. 2021
Familiares y amigos de cristianos desaparecidos, protestando en Malasia el 13 de febrero de 2019.
En conmemoración al Día Internacional de las Víctimas de Desaparición Forzada. Según la Organización de las Naciones Unidas, el crimen de lesa humanidad implica la privación de libertad y la mayoría de las veces lo llevan a cabo agentes del Estado o personas que actúan con conocimiento y confabulación con ella.
En la mayoría de los casos, existe una falta de reconocimiento de la desaparición de la persona y la negación de su paradero. Cuando esta práctica es común contra un segmento específico de la población, como los cristianos, los casos se consideran una violación de los derechos humanos y no pueden ser amnistiados.
En Malasia, el gobierno controla las iglesias y considera ilegal compartir el evangelio con los musulmanes locales. Los conversos del Islam al cristianismo son los más perseguidos, ya que todos los malayos étnicos deben seguir siendo seguidores de Mahoma. Estos cristianos se ven obligados a ocultar su fe y, si son descubiertos, pueden sufrir el rechazo de la familia y la comunidad. Los que abandonan el Islam no sólo desobedecen la Constitución malaya, sino que también afrentan a la sociedad en general, lo que enfrenta a los cristianos con sus propios familiares y vecinos.
No podemos olvidar al pastor Raymond Koh
Cuando hablamos de los cristianos en Malasia, no podemos dejar de recordar al pastor Koh. En febrero de 2017, el pastor Raymond Koh fue secuestrado mientras conducía por una carretera muy transitada de la ciudad de Petaling Jaya y hasta el día de hoy sigue desaparecido. El líder fue sacado de su automóvil y llevado por al menos 15 hombres enmascarados a plena luz del día.
Su paradero continúa siendo desconocido y, según las conclusiones de la Comisión de Derechos Humanos del país, el inspector general de la policía de Malasia estuvo implicado en el secuestro. Han pasado cuatro años y la familia sigue sin respuestas. La esposa, Susanna, recibe amenazas de abandonar el caso de su marido, pero sigue luchando por la justicia, presentando demandas contra la policía y el gobierno. Los hijos de la pareja, Elizabeth, Esther y Jonathan, también acompañan este largo viaje de lucha y búsqueda de respuestas.
Desde el secuestro, Puertas Abiertas ha apoyado a la familia Koh, queremos invitarte a continuar intercediendo y animando a la familia en su búsqueda de respuestas. A través de la oración y el envío de una tarjeta puedes devolverle la esperanza a la familia y demostrarles que no han sido olvidados. Lee las instrucciones sobre el envío de tarjetas y prepara tu mensaje.
Peticiones de oración
Envía una carta para la familia Koh
Banco Estado | Nº 3477 1228 854
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RUT 65184324-3
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