Puertas Abiertas • 12 sep. 2021
Las mujeres cristianas se enfrentan a una doble vulnerabilidad: por ser mujeres y por ser cristianas (foto representativa)
La noche en que la capital de Afganistán, Kabul, fue tomada por los talibanes, en algún lugar de la ciudad nació una niña, hija de padres cristianos. Llegó al mundo en un país agitado, donde los cristianos y otras minorías religiosas viven con miedo, y donde las mujeres, en particular, son extremadamente vulnerables.
El domingo 15 de agosto, los talibanes, grupo militante islamista, tomaron el control de Afganistán tras 20 años de presencia de las fuerzas internacionales en el país. Un comandante del grupo dijo al portal de noticias Reuters que reafirmarían la sharia (conjunto de leyes islámicas), y las mujeres temen por ellas mismas y por el futuro de sus hijas. La última vez que los talibanes estuvieron en el poder, se prohibió a las mujeres el acceso al trabajo y a las niñas a las escuelas, además de otras muchas restricciones.
Esta vulnerabilidad es aún mayor cuando se trata de minorías religiosas, como los cristianos. "Abandonar el Islam se considera una vergüenza, castigada con la muerte según la ley islámica, y la mayoría de los cristianos se enfrentan a consecuencias nefastas si se exponen: o tienen que huir del país o serán asesinados", según un informe sobre el país elaborado por Puertas Abiertas. Desde hace años, Afganistán ocupa el segundo lugar en la Lista Mundial de la Persecución, que reúne los 50 países donde es más difícil vivir como cristiano.
Un manto de silencio
Puertas Abiertas detalla algunas de las presiones adicionales a las que se enfrentan las mujeres en Afganistán. El encarcelamiento por parte de la familia o el arresto domiciliario es un medio invisible y aceptable para presionar a una mujer cristiana, al igual que la amenaza de divorciarse. Las mujeres pueden ser vendidas como esclavas o como prostitutas, golpeadas o abusadas sexualmente.
"Hay un manto de silencio en torno a cualquier tipo de violación del espacio y la dignidad de la mujer. Un manto que podría compararse con una burka, una mortaja (vestidura que envuelve a un cadáver) que esconde una narración devastadora de la destrucción de millones de mujeres afganas, que en 20 años, si la situación persiste y se agrava, ya no podrán llevar la esperanza y la iluminación de la educación a las generaciones futuras", comparte un socio local de Puertas Abiertas.
Dios se preocupa profundamente
¿Qué le depara el futuro a la niña cristiana de Kabul? Los padres de la recién nacida le dijeron al socio local de Puertas Abiertas que sentían que el nacimiento de su hija era una señal de que Dios no había renunciado al país.
"Dios se preocupa profundamente por las mujeres, y nosotros también. Nuestra voluntad de defender a las personas más vulnerables y marginadas dice mucho al mundo sobre quién es Dios y qué le importa", texto compartido en un artículo para National Review.
Ayuda a los que más lo necesitan
Al igual que los seguidores de Cristo en Afganistán, más de 340 millones de cristianos de todo el mundo se enfrentan a dificultades en medio de crisis y conflictos, lo que aumenta su vulnerabilidad. Con tu donación, ayudas a que los cristianos de los países más vulnerables tengan cubiertas sus necesidades básicas.
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