Puertas Abiertas • 4 oct. 2022
Los militares han acorralado a los cristianos en algunas zonas para evitar que huyan (foto representativa)
La situación de los ciudadanos en Myanmar ha empeorado. Desde que la junta militar tomó el poder en febrero de 2021, Myanmar ha entrado en crisis. Los militares siguen quemando casas en el estado de Chin. Después de que la junta militar incendiara 15 casas en la aldea occidental de Haimual, en Myanmar, en agosto de este año, numerosos refugiados huyeron a Mizoram, un estado de India cercano a la frontera con Myanmar.
Según fuentes locales, cinco personas de la aldea cristiana fueron secuestradas antes del incendio y otras huyeron por miedo a los ataques del ejército. Algunas familias han conseguido llegar a los refugios, pero temen que los ataques lleguen también allí. Los desplazados viven en condiciones precarias, sin poder trabajar y compartiendo la comida entre cientos de personas.
Los refugios ya están llenos en varias partes del país y los recursos son limitados. Los socios locales se enfrentan al gran reto de acoger la recurrente afluencia de desplazados procedentes de Myanmar. Rama*, un socio local, dijo: "hay mucha gente preocupada por lo que va a comer y por cómo va a sobrevivir".
Ilegales y rechazados
Aunque Mizoram es un lugar seguro para los cristianos que huyen de Myanmar, los estados vecinos y otras regiones no ven con buenos ojos a los refugiados. Algunos cristianos huyen de los conflictos de Myanmar a otro estado indio, Manipur, y allí también se enfrentan a numerosos problemas.
Son considerados ilegales y mal recibidos, algunos de ellos son rastreados y detenidos por el gobierno. Esto ha creado una esfera de inseguridad y miedo para otros refugiados que se dirigían a los albergues en busca de refugio. Los cristianos indios acogen a los refugiados en Manipur y les ayudan a encontrar descanso.
A pesar de la dificultad para encontrar refugios, el mero hecho de poder escapar ya es una victoria para muchos cristianos perseguidos en Myanmar. Socios de Puertas Abiertas nos compartieron que muchos hermanos y hermanas en Cristo están atrapados en zonas de guerra, ya que las autoridades han restringido la circulación de personas en algunas áreas.
Persecución a la tribu Kayah
Ko Min*, colaborador de Puertas Abiertas, contó: "Mari* y Nini* son dos jóvenes de la tribu cristiana de Kayah afectadas por la guerra civil. Ambas quieren abandonar la región para buscar refugio en otro país e intentar mejorar sus vidas”. Al intentar huir, estas chicas fueron detenidas en el punto de inspección donde solicitaron sus pasaportes.
"Las autoridades locales no permiten a los cristianos de la tribu Kayah trasladarse a otros lugares, incluso los niños que quieren estudiar no pueden salir. Si las autoridades descubren que alguien que pertenece a la etnia kayah se ha marchado, la persona será detenida inmediatamente. Los militares permanecen en las zonas de conflicto vigilando constantemente los documentos y registrando las pertenencias, lo que hace que escapar sea un gran reto", añadió el socio local.
Mari y Nini permanecen detenidas y no se sabe cuándo serán liberadas. Esto se ha convertido en una tendencia preocupante para los cristianos de esta etnia en diferentes partes de Myanmar, ya que son sometidos a investigaciones e interrogatorios en los puestos de control.
*Nombres alterados por seguridad.
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