Puertas Abiertas • 7 ago. 2022
Ana presenció el asesinato de su esposo, pero no renunció a su fe en Jesús
Ana* es una cristiana perseguida de Nigeria, cuya ciudad fue invadida por el Boko Haram, grupo extremista que ha ganado fuerza y poder en los últimos años. Durante el ataque, el grupo saqueó escuelas, comisarías e iglesias. Cerca de 150 iglesias fueron destruidas en ese día. En el momento del incidente, ella se encontraba en el hospital donde trabajaba. Después de que su esposo la llamó por teléfono, decidieron encontrarse en casa. Intentaron huir en su auto, pero fueron interceptados por una emboscada: había yihadistas disfrazados de soldados del ejército.
Entonces una militante le preguntó a su esposo: "¿Eres musulmán o infiel?". Él respondió: “Ni musulmán ni infiel; soy cristiano". Luego le ordenaron que se arrodillara al costado del camino. Ana comenzó a gritar: "¡No maten a mi esposo!" Pero su pedido no fue atendido. El esposo de Ana fue asesinado instantáneamente con cinco tiros en la cabeza frente a su querida esposa. Cuando repitieron la pregunta, Ana les dio la misma respuesta. Un yihadista le apuntó con su arma, pero otro gritó: "¡Alto! ¡Déjala vivir!". Así que sacaron todos los objetos de valor del auto y la dejaron ir.
Condujo dos kilómetros en estado de shock. Cuando recuperó la conciencia, ya no podía conducir y se escapó. Algunas personas la ayudaron y, después de encontrar a su hijo primogénito, huyó a las montañas con un grupo de cristianos. Tenían sed y hambre, pero solo después de un tiempo pudieron comunicarse con una iglesia en la capital, que envió un autobús para rescatarlos. Solo después de tres días encontró a sus cinco hijos. Tuvieron que permanecer en la capital durante tres semanas, hasta que el gobierno recuperó el control de la ciudad.
Una Iglesia Viva
Aún con todo destruido, decidieron ir a la iglesia a adorar al Señor. La iglesia estaba toda quemada, pero alabaron a Dios de pie entre los escombros. Fue entonces cuando Dios comenzó a hacer milagros. Los musulmanes, una vez hostiles a la comunidad cristiana, comenzaron a asustarse, después de todo pensaron que todos habían sido asesinados. Al ver la cantidad de cristianos vivos que regresaron, pensaron que se vengarían. “Pero nuestra venganza fue el amor. Decidimos mostrarles el amor de Jesús. Cuando veíamos nuestras pertenencias en manos de un musulmán, les decíamos: ¿Te gusta? Puedes quedarte con ello’”, recuerda Ana.
A pesar de pasar por muchos problemas, aflicciones y luchas, Ana afirmó que “en todas estas cosas somos más que vencedores; no hay nada que pueda vencernos”. Para el cristiano nigeriano, debemos estar en la presencia del Señor en todo momento, para que, aunque venga el enemigo, no nos derribe. “Esto es lo que mi corazón desea, que todos vivamos en la presencia del Señor”, expresa la cristiana perseguida.
*Nombre cambiado por razones de seguridad.
Ayuda a los cristianos perseguidos en Nigeria
La violencia contra los cristianos crece cada año. Los incidentes se presentan en una variedad de formas, a menudo, resultando en la muerte de cristianos y ataques a iglesias y pueblos, como en el caso de Ana.
África es el continente donde más seguidores de Jesús son asesinados. Por eso, te invitamos a participar activamente en el apoyo a los cristianos perseguidos, por medio de tus oraciones y donaciones. ¡Participa activamente de la historia de nuestros hermanos y hermanas africanos!
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