Gobierno cierra ONGs e iglesias en Nicaragua

El gobierno, bajo la dirección del presidente Daniel Ortega, revocó el lunes pasado (19) el registro de cientos de iglesias evangélicas como una forma de castigar a las instituciones que no se someten al régimen autoritario en Nicaragua, el país que más ha subido en la Lista Mundial de la Persecución 2024.

Desde 2018, se han cerrado cinco mil instituciones, pero el lunes el país alcanzó un récord al retirar el registro legal de 1500 organizaciones, siendo la mayoría de ellas iglesias o asociadas a grupos religiosos, en un solo día.

Esta medida es parte de las acciones del gobierno para oprimir a la población y a todos los que son vistos como una amenaza al régimen. Apenas unos días antes, dos líderes cristianos fueron arrestados y el presidente dejó claro su rechazo a las iglesias cristianas en todo el país que denuncian las violaciones de derechos humanos en Nicaragua.

Ataque a la libertad religiosa

“Todas las propiedades han sido confiscadas. Esto es un ataque contra la libertad religiosa”, señala Patricia Molina, una abogada nicaragüense que investiga los ataques directos a iglesias y los intentos de silenciar a líderes cristianos en un artículo para el New York Times.

Daniel Ortega y su esposa, Rosario Murillo, han dominado el país y avanzan hacia un régimen autocrático que busca un control total, incluso sobre el poder legislativo, judicial y las elecciones, en violación de la autonomía de los poderes.

Los líderes cristianos son blanco de una intensa presión gubernamental en Nicaragua (foto representativa)

En 2018, cientos de personas de diversas partes de Nicaragua se unieron en protestas contra las violaciones de la seguridad social y la erosión de la democracia, pero fueron reprimidos. Muchos fueron muertos, arrestados o forzados a abandonar el país.

Miedo al cambio

Desde las protestas, aproximadamente 250 líderes cristianos, monjas y otros miembros de iglesias cristianas han sido exiliados. En la región de Matagalpa había 71 líderes cristianos, pero ahora solo quedan 13. Una universidad cristiana fue cerrada y tomada por el gobierno el año pasado, y 20 iglesias protestantes fueron demandadas con multas exorbitantes y sin explicación.

De acuerdo con el Ministro del Interior de Nicaragua, “las organizaciones fueron cerradas esta semana porque fallaron en sus obligaciones legales”. Desde hace meses, el gobierno ha estado creando reglas cuyo propósito es dificultar el cumplimiento de la burocracia y hacer acusaciones falsas, como lavado de dinero, sin evidencias, para justificar el cierre de iglesias y ONGs, y al mismo tiempo, evitar que tengan a quién recurrir, ya que el gobierno se moviliza contra las comunidades cristianas locales.

Miembros de iglesias locales han informado que han recibido amenazas, se les ha prohibido realizar cultos y han sido vigilados de cerca. "Creo que la iglesia en Nicaragua siempre ha estado del lado de la verdad. Uno de los mayores temores del gobierno es que, a través de los líderes religiosos, la gente sepa que es posible cambiar el país. Ellos intentan evitar esto a toda costa”, dijo Félix Navarrete, un activista cristiano que tuvo que huir del país en 2018.