Puertas Abiertas • 2 oct. 2024
La familia de Mizanur está aterrorizada por la violencia de la comunidad en Bangladesh (foto representativa)
*Contenido sensible: violencia extrema
La reciente crisis política y la inseguridad social en Bangladesh, desde la renuncia de la Primer Ministra, han provocado que extremistas ataquen y persigan a las minorías religiosas. Los cristianos de origen musulmán se encuentran en una situación aún peor, viviendo en un estado de miedo y pánico, sin saber cuándo llegará el próximo ataque.
La mayoría de las actividades eclesiásticas no pueden llevarse a cabo como antes a causa de los ataques. Incluso los evangelistas y pastores tienen miedo, especialmente los que viven y sirven en zonas rurales. Hoy, Día de la No Violencia, ora por los cristianos atacados en Bangladesh.
Mizanur, evangelista y cristiano de origen musulmán, es un ejemplo de esta realidad. Él y otro evangelista fueron entregados a la policía local en el norte de Bangladesh tras ser atacados y golpeados por sus vecinos. El 5 de septiembre, los dos evangelistas acudieron a una iglesia local para confraternizar con otros creyentes y animarse mutuamente.
Ataque en pleno culto
En medio del servicio, un grupo de musulmanes irrumpió en la casa y comenzó a atacar a los presentes. Los atacantes atraparon a los dos evangelistas y comenzaron a golpearlos con la intención de herirlos gravemente. A continuación, interrogaron al cristiano y le preguntaron si había sido musulmán alguna vez, ya que Mizanur es un nombre musulmán.
Como no podía responder, un miembro de la multitud tomó el teléfono de Mizanur y llamó a su esposa, quien confirmó que Mizanur es efectivamente cristiano. Esto enfureció a la multitud, que inmediatamente lo llevó a él y al otro evangelista a la comisaría después de muchas humillaciones y golpizas. Los evangelistas estuvieron detenidos toda la noche sin recibir tratamiento ni atención para sus heridas.
Al enterarse de lo que les había ocurrido a los evangelistas, otros miembros de la iglesia se preocuparon y la familia de Mizanur estaba aterrorizada ante la posibilidad de que lo detuvieran. "Pueden estar detenidos, pero no están a salvo", dijo un miembro de la iglesia a un socio local.
Explicaron que hace poco hubo un joven hindú al que golpearon duramente y llevaron a comisaría y, mientras estaba detenido, una turba de hombres musulmanes lo sacó de la celda sólo para golpearlo de nuevo acusándolo de blasfemia, aunque no había pruebas.
Socios locales de Puertas Abiertas están en contacto con el pastor local de esta iglesia para hacer un seguimiento de la situación de Mizanur. "Estamos analizando la situación e intentando encontrar formas de ayudar a las víctimas. Nuestros contactos locales nos envían actualizaciones periódicas. De momento, necesitan nuestras oraciones y apoyo emocional".
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