Puertas Abiertas • 16 sep. 2021
Rosario y sus hijas asistieron al asesoramiento post-trauma organizado por Puertas Abiertas en México
Este año México celebró 211 años desde su Independencia en 1810. Hasta el año de su independencia, los españoles seguían explotando el territorio; las poblaciones nativas y el pueblo mexicano seguían las leyes de España. El movimiento independentista mexicano comenzó en 1810 y fue liderado en sus inicios por dos sacerdotes: Miguel Hidalgo y José María Morelos.
Tras la declaración de independencia, el 16 de septiembre de 1810, España no vio con buenos ojos el acto y comenzó a reprimir el movimiento, iniciando una guerra que duró 11 años. Los colonos mexicanos ganaron la guerra, obteniendo efectivamente la independencia. El cristianismo llegó a México durante la conquista española de los nativos aztecas. Hoy en día, más de 128 millones de mexicanos siguen a Cristo, y muchos de ellos se enfrentan a la persecución.
La persecución de los cristianos en México
México fue uno de los países donde aumentó la persecución de los cristianos en el último año. El país pasó del puesto 52 de la Lista de Países en Observación al 37 de la Lista Mundial de la Persecución 2021. Los cristianos mexicanos se enfrentan al miedo y a la presión sobre todo en las zonas dirigidas por grupos de narcotraficantes y del crimen organizado. Como consecuencia de su fe, son agredidos, detenidos y se les puede quitar sus bienes materiales. Otra consecuencia son los problemas psicológicos.
Por ello, el asesoramiento post-trauma es una de las formas de fortalecer a los cristianos perseguidos en todo el mundo. Según la psicóloga Ronda Weber, el trauma de la persecución es similar al de cualquier otra violencia. Los más afectados son los más vulnerables de la sociedad, como las mujeres y los niños.
La joven Rosi y su madre Rosario, cristianas mexicanas, tuvieron que enfrentarse a un trauma psicológico durante la persecución. Por ser cristianas, la comunidad les cortó el agua y la electricidad de la casa donde vivían, y Rosario fue llevada a prisión. "El único delito que cometí fue conocer a Dios y servirle", dijo Rosario. La cristiana permaneció en prisión durante tres días y las autoridades la obligaron a abandonar el pueblo.
La familia estaba muy traumatizada, compartió Rosi: "Cuando veo a las personas que tienen que ver con nuestra expulsión, me enfado mucho. La verdad es que no tenían ninguna razón para hacernos esto. Ahora tengo miedo de la gente y eso no me gusta”. Debido a la situación, la familia de Rosario participó en un seminario post-trauma organizado por Puertas Abiertas. Rosario afirma que el seminario fue especialmente útil para Rosi y dice: "Nos ayudó mucho psicológicamente”.
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