Puertas Abiertas • 6 ago. 2022
La población está indignada y protestas estallaron en varios puntos del país (foto representativa)
La violencia y las atrocidades han aumentado más que nunca en Myanmar. La noticia de la ejecución de dos líderes a favor de la democracia, Ko Jimmy y Phyo Zayar Thaw, en la prisión de Insein en Yagon, por parte de los militares, agitó los sentimientos democráticos en el país. A sus familias no se les permitió una última reunión antes de la ejecución. Y cuando llegaron a la prisión, no pudieron ver ni enterrar los cuerpos.
Los ciudadanos de varias partes de Myanmar han intensificado las protestas contra la junta militar. Mientras tanto, muchos ciudadanos se sienten inseguros y amedrentados con respecto al futuro de su país. La guerra continua, el hambre y la muerte son algunos de los desafíos actuales.
Organizaciones internacionales, grupos étnicos armados y las Fuerzas de Defensa del Pueblo (PDF) han condenado enérgicamente a los militares por la ejecución de líderes pro democráticos. Las PDF también mencionaron que vengarán estas muertes. La muerte de líderes puede provocar una serie de eventos, como la intensificación de los combates en las regiones en conflicto y el inicio de nuevas luchas.
Crisis humanitaria
La inseguridad en Myanmar ha aumentado el número de desplazados internos, que suman más de medio millón de personas. Muang*, un joven refugiado, dijo: “Cuando nos dimos cuenta de lo que estaba pasando, nos escapamos de casa. Nuestros vecinos estaban asustados y nosotros también. El país está en regresión, tal vez 20 o 30 años de regresión, en comparación con los países vecinos. Muchos niños crecerán sin buenos ejemplos en el país. Nuestro futuro es preocupante”.
Win Tin*, un socio local, compartió: “Creo que, en este momento, a la junta militar no le importa la presión de las organizaciones internacionales y otros países. Estas ejecuciones reviven lo que sucedió hace 30 años en Myanmar, la junta militar está asustando tanto a la gente que nadie se atreve a oponerse. Las ejecuciones aumentaron la ira de la gente contra los militares. Muchas personas publicaron en las redes sociales: Sin perdón. ¡Nunca olvidaremos!".
Los cristianos de Myanmar oran por la paz del país, pero el empeoramiento de las condiciones, con incendios de iglesias y ahora ejecuciones, hacen que la paz sea una realidad aún más lejana.
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