Puertas Abiertas • 7 jun. 2022
El pastor Pengdwende se vio obligado a abandonar su casa y su congregación y unirse a otros muchos cristianos desplazados al aumentar el riesgo de atentados yihadistas en Burkina Faso
El pastor Pengdwende estaba a cargo de una congregación en el suroeste de Burkina Faso, un país que siempre fue conocido por las relaciones pacíficas entre musulmanes y cristianos. Sin embargo, según el pastor, cuando empezaron los atentados, los yihadistas iban a los pueblos sólo por una persona, para secuestrarla o matarla. Mataban a hombres. Pero poco después, no hicieron ninguna distinción. Cuando entraron en la aldea, mataron a hombres, mujeres y niños, sean musulmanes o cristianos.
Pengdwende veía acercarse la violencia a diario. Un día, los yihadistas secuestraron a un pastor amigo suyo. Después de eso, los ataques comenzaron a producirse en secuencia. "En mi pueblo, los terroristas vinieron por causa de uno de mis tíos. Entraron en su casa y le dispararon tres veces. El primer disparo fue en el abdomen, el segundo en el hombro y el tercero le rozó la cabeza. Se fueron pensando que estaba muerto, pero lo llevamos al hospital y sobrevivió".
Otro pastor de la zona se encontró con los terroristas cuando volvía de un funeral. Fue asesinado. En el tercer caso, otro pastor y su familia habían abandonado el pueblo donde vivían. Cuando volvió para recoger algunas cosas que habían quedado, lo encontraron y lo mataron. Se siguieron produciendo otros ataques.
El líder regional de la denominación le ordenó a Pengdwende y a su familia que se marcharan, cuando todos los demás pastores de la zona ya se habían marchado. Pero la situación no era fácil para Pengdwende. Habían trabajado siete meses sin descanso. Por razones de seguridad, los pastores no dormían dos veces en el mismo lugar. A veces dormían en el bosque, a veces se encerraban durante mucho tiempo para que nadie supiera dónde estaban. El jefe de la aldea envió un mensaje a Pengdwende diciendo que debía marcharse o sería asesinado. Pero decidió quedarse de todos modos.
Obligado a marcharse
Al empeorar la situación, llegó un momento en que tuvo que abandonar el pueblo. "Les expliqué a los miembros de la iglesia la necesidad de marcharse. Me enviaron a un pueblo a siete kilómetros de distancia por seguridad".
Cuando se preparaba para salir, Pengdwende se dio cuenta de que los terroristas se movían por la zona. Antes de que lleguen dijo a su familia que se preparen y a los miembros que habían ido al culto que vuelvan a sus casas. "Si nos encuentran sería muy peligroso. Mientras hablaba, rodearon el recinto. No sabía qué hacer ni qué decir". Afortunadamente, se fueron tan rápido como llegaron. "Fue un milagro de Dios. No entendí por qué rodearon el recinto y se fueron sin entrar a matarnos. Y se fueron".
Pengdwende se fue con su familia, pero apenas una semana después de instalarse en otra aldea, sufrió un ataque. "Rodearon el pueblo y empezaron a disparar. Algunos llegaron a la iglesia donde ahora vivimos y las balas volaron por todas partes, golpeando un carro".
Al hablar de Puertas Abiertas, el pastor Pengdwende menciona la importancia del trabajo realizado. "Nos ayudaron cuando estábamos desplazados en Kaya. Necesitábamos comida y nos dieron. Cuando estábamos en Bobo Dioulassou, nos ayudaron económicamente para empezar a trabajar. Si no fuera por esto, tal vez nuestras lágrimas no se habrían enjugado. No habríamos sido cuidados. Muchos siguen sufriendo y si no se les da ayuda, morirán".
Nigeria y África Occidental
África Occidental se considera la región más peligrosa del continente, con el 76% de los ataques mortales y el 83% de las muertes. La iglesia en estos países está siendo atacada, viendo amenazada su existencia. Como consecuencia, pueblos cristianos enteros huyen en busca de un lugar seguro para sobrevivir.
Nuestros hermanos se ven obligados a dejar todo en busca de la supervivencia. Nuestra invitación es a que no sólo te enteres de la situación, sino que hagas algo más. Entra en la historia de nuestros hermanos africanos y clama en unidad con la iglesia. Participa del DIP 2022.
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