¿Cómo son perseguidos los cristianos indígenas en Colombia?

La persecución de los cristianos en Colombia ocurre principalmente en lugares remotos, donde la presencia del Estado no tiene mucha influencia. Por este motivo, los indígenas que abandonan sus creencias tradicionales para seguir a Jesús se enfrentan a la presión y la violencia de los líderes locales y de otros indígenas. Para pueblos como los arhuacos, kogu, wiwas y kankuamos, el cristianismo es una fe occidental que amenaza su cultura y su existencia.

En el resguardo indígena de la Sierra Nevada de Santa Marta, oficialmente sólo existe la Iglesia Palestina. A pesar de 30 años de persecución, hoy los cristianos tienen un lugar y la libertad de reunirse. Nohemí* es una misionera local que se enfrentó frontalmente a la hostilidad cuando fue encarcelada durante dos noches, obligada a abandonar la comunidad y se negó a recibir una hacienda a cambio de renunciar al evangelio.

A pesar de tanta presión, Nohemí continúa su labor de compartir el amor de Dios en otras comunidades de la región, incluso en aquellas donde hacerlo está prohibido. "Salgo de casa a las tres o cuatro de la tarde para caminar toda la noche y, antes del amanecer, llego a casa de los hermanos. Por la noche, celebramos un culto. Predicamos la palabra de Dios y al terminar el culto regreso a casa", explica la cristiana indígena.

Fe secreta

Todo este trabajo de evangelización tiene que hacerse discretamente, para no llamar la atención, porque los pocos cristianos indígenas tienen cierta libertad religiosa, pero no se les permite compartir su fe con otras personas.

Josué* es un cristiano indígena secreto que recibe constantes visitas de miembros de su comunidad. Nació en el seno de una respetada familia de mamos (líderes espirituales y comunitarios) que aconsejan y hacen magia para hacer llover, curar, predecir el futuro y proteger de los malos espíritus.

Josué dejó el camino de hechicero y líder de la tribu para ser misionero entre los arhuacos

"Mis padres me eligieron para ser mamo porque mi padre lo es. Crecí con ellos y durante toda mi infancia me llevaron a ceremonias, rituales y todas las actividades que tenían que hacer para que aprendiera", atestigua el cristiano.

Sin embargo, tuvo un encuentro con Cristo y empezó a compartir el Evangelio en secreto en otras comunidades y a discipular a otros cristianos indígenas. También tradujo a su lengua materna los libros bíblicos del Génesis, el Éxodo, los evangelios y las cartas de Juan. "Nos reunimos en el bosque, en una cueva o cerca de un arroyo para que no nos descubran. También tenemos un punto de encuentro que llamamos La Huida, porque como cristianos siempre estamos huyendo", añade.

¿Cuál es el mayor reto al que se enfrentan los cristianos indígenas en Colombia?

Según la misionera Nohemí, el mayor obstáculo es compartir el Evangelio con personas ajenas a la Iglesia Palestina. "El conflicto ya no es contra nosotros, los cristianos que llevamos 20 años en la iglesia, sino contra los nuevos convertidos de otras iglesias. Los llevan a centros de brujería, los obligan a arrodillarse y los golpean con un cinturón para que renuncien al Evangelio. Por eso, los cristianos que quieren buscar a Dios tienen que esconderse de las autoridades", explica la seguidora de Jesús.

Otro problema son los constantes ataques espirituales a los que se enfrentan. La brujería es un arma utilizada a menudo para atacar a los cristianos locales con enfermedades y accidentes. Cuando Josué renunció a su trabajo como mamón, otros líderes religiosos le advirtieron de que su elección podría tener graves consecuencias.

Meses después, un árbol le cayó encima y le rompió parte de la pierna y la espalda. En el hospital, los médicos le dijeron que no volvería a caminar y que tendrían que amputarle la pierna. Pero Josué confió en que Dios tendría la última palabra y oró: "Dios, tú estás conmigo, y no va a ser su decisión, va a ser la tuya. Dame una segunda oportunidad para ir y hacer lo que tú quieres que haga, porque no quiero que mi comunidad se quede sin Cristo". Un año después, el cristiano estaba de nuevo caminando y predicando en las diversas comunidades de la región.

¿Existe una táctica para perseguir a la nueva generación de cristianos indígenas en Colombia?

A los niños y jóvenes indígenas cristianos se les obliga a practicar sus creencias tradicionales en la escuela. Si se niegan a hacerlo, se les niega el derecho a la educación hasta que renuncien a Jesús.

El acceso a la educación de los hijos de indígenas cristianos es negado por sus autoridades tribales

Una de las formas de proteger a los niños y adolescentes indígenas es enviarlos al Abrigo Hogar Cristiano Puertas Abiertas. De esta manera, reciben una educación cristiana formal y son protegidos y preparados para ser la próxima generación de cristianos colombianos.

"El hogar ha sido una bendición inesperada. Este tipo de ayuda es muy rara porque vivimos en un lugar muy aislado y es muy difícil que alguien nos brinde este apoyo. Como mamá, puedo decir que cuando tus hijos están bien, tú estás bien, y eso nos da una tranquilidad enorme. Sobre todo cuando hay muchos riesgos y los grupos ilegales regresaron a la zona", señala Roselia*, indígena cristiana y madre de dos niñas que viven en el Hogar.

¿Cómo apoya Puertas Abiertas a los cristianos indígenas perseguidos en Colombia?

Además de apoyar a los niños y adolescentes a través del Hogar Refugio Cristiano, Puertas Abiertas ayuda a los cristianos indígenas en el proceso de formalización y legalización de las iglesias indígenas dentro del resguardo.

Puertas Abiertas también donó una casa a la iglesia de Aracataca, donde puede acoger a jóvenes para que continúen sus estudios y proporcionar tratamiento médico a los cristianos indígenas. Otra obra apoyada son los viajes de negocios de cristianos a otras comunidades, cuyo objetivo es discipular y fortalecer a hermanos y hermanas en la fe que son perseguidos por causa de Jesús.

*Nombres modificados por razones de seguridad.