La persecución en Nigeria
De los 11 países más peligrosos para los cristianos, cuatro están en el África subsahariana: Somalia (2º), Eritrea (4º), Nigeria (6º) y Sudán (10º). Las cifras dejan claro el rastro de violencia en la región. Nigeria, que ocupa el 6º lugar en la Lista Mundial de la Persecución 2023, es el país más violento del Top50. En el último periodo de investigación (del 1 de octubre de 2021 al 30 de septiembre de 2022), el 89% de las muertes de cristianos, es decir, más de 5.000, se produjeron en Nigeria. El país también lidera el número de cristianos secuestrados, con 4.726 secuestros (89% de los casos en todo el mundo).
Nigeria también es el 2º país con más iglesias cerradas y el que registra más casos de violencia y abusos sexuales, con 1.000 mujeres cristianas víctimas. Nigeria también es líder en número de matrimonios forzados con no cristianos, con 717 casos, y cuenta con 10 mil cristianos maltratados física y mentalmente.
Conoce a Ayuba
Ayuba* recuerda el día en que Boko Haram atacó su aldea. "Mis hermanos y yo corrimos para salvarnos", relata Ayuba. El joven pensaba que su padre estaba con ellos, sin embargo, se había quedado atrás durante la huida. Se escondió en casa de una cuñada, pero cuando el grupo asaltó la casa, él era el único cristiano.
Los militantes le pusieron de rodillas y le exigieron que leyera el Corán, para averiguar si era musulmán. A pesar de ello, no intentó ocultar su fe en Jesús y fue decapitado. "Cuando nos acercamos a la casa, vi tres cuerpos en el suelo. Reconocí a mi padre por su ropa", cuenta el joven. En el ataque murieron alrededor de nueve cristianos.
Sin embargo, Ayuba y su familia seguían corriendo un riesgo extremo. Así que decidió trasladarse y empezó a recibir atención postraumática. "Allí empecé a comprender que no soy el único que pasa por esto. A otras personas les pasan cosas peores, pero aún así son capaces de llevar una vida normal", explica.
Para el joven, el asesoramiento postraumático que recibió fue transformador. Antes, estaba decidido a vengar la muerte de su padre: "Decidí dejar la rabia y tener paz. Dios me trajo aquí para curarme", dice el joven. El apoyo recibido por Ayuba marca una gran diferencia en su vida.
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