Puertas Abiertas • 30 jul. 2021
Los conversos son arrestados y perseguidos en Marruecos debido a una campaña policial para obligarlos a regresar al islam
Hoy se celebra el Día del Trono en Marruecos, una fiesta nacional que siempre tiene lugar el 30 de julio de cada año. Está dedicada a la ascensión al trono del rey Mohammed VI. El actual rey sucedió a su padre Hassan II el 30 de julio de 1999 y la fiesta está marcada por celebraciones en las calles, desfiles militares y fuegos artificiales.
Según la tradición, el rey y sus seguidores visten de blanco en este día. Muchas personas en las calles también usan trajes marroquíes. La ropa tradicional de las mujeres y los hombres en el país es prendas de largo flujo con capuchas y zapatillas de colores claros. Estos trajes simples se han cultivado desde la antigüedad y todavía son parte de la tradición viva. Pero incluso frente a las celebraciones, los cristianos en el país continúan enfrentando persecución.
Aunque los proyectos presentados por el monarca se centran en la justicia social, los cristianos no se consiguen con estos beneficios. Después de todo, en el país de mayoría musulmana, ser marroquí significa ser considerado musulmán y no solo por la familia y comunidad.
Debido a esto, los cristianos convertidos son constantemente arrestados y perseguidos debido a una campaña policial para obligarlos a regresar al islam. "El código penal establece que todos los marroquíes son musulmanes, por lo que aquellos que se convierten al cristianismo se enfrentan a problemas legales, así como a amenazas a su seguridad", dijo Jawad Elhamidy, presidente de la Asociación Marroquí de Derechos y Libertades Religiosas, a la organización cristiana ACN. Con arreglo a la legislación marroquí, el proselitismo y la conversión a una religión distinta del islam son delitos que dan lugar a penas de prisión de entre seis meses y tres años.
Mientras que los expatriados cristianos disfrutan de cierta libertad para practicar la fe si no evangelizan, la misma libertad no se aplica a los cristianos marroquíes. "Si un marroquí entra en una iglesia, pueden pasar dos cosas. O un oficial de policía lo arresta, o el liderazgo de la iglesia le pide a la persona que se vaya, a menos que el objetivo de estar allí sea el turismo", dijo Elhamidy. Agregó que se presiona a los líderes de la iglesia para que no permitan que los marroquíes ingresen a las iglesias, ya que pueden ser arrestados por hacer proselitismo.
En 2019, Marruecos se unió a la Lista Mundial de la Persecución de Puertas Abiertas, que incluye los 50 países donde es más difícil vivir como cristiano. Actualmente, el país ocupa el puesto 27. El último informe del país detalla la "presión extrema", que obliga a los cristianos marroquíes a reunirse en secreto en iglesias nacionales. Esto es casi tan intenso como la presión de la familia y la comunidad sobre los conversos cuando quieren practicar la nueva fe.
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