Pastor y su familia sobreviven a atentado

En 2019, el pastor Jean (seudónimo) fue llamado a servir en una congregación en Beni, República Democrática del Congo. Aunque conocía los problemas a los que se enfrentaban los cristianos en el noreste del país, el pastor Jean tenía muchos planes sobre cómo servir al nuevo rebaño. El 30 de junio de 2021, todo tuvo un final trágico y abrupto. Las Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF) atacaron el lugar donde servía el pastor Jean. "Eran cerca de las cinco de la tarde cuando llegaron, pero se limitaron a observar, no atacaron en ese momento. Alrededor de las 11 de la noche, oímos el primer disparo muy cerca de nosotros”.

La casa del pastor Jean estaba en medio del recinto de la iglesia. A un lado estaba el edificio de la iglesia, aún en construcción, y al otro, la escuela. Desde el interior de la casa, el pastor Jean podía oír los gritos de los vecinos durante el ataque. "Oramos: Que Dios nos ayude". A partir de ese momento, los disparos fueron incesantes. "Miré y vi a mucha gente en el complejo de la iglesia. Había unas 500 personas".

El pastor Jean cree que lo estaban buscando y también a otro líder religioso. "Cuando se detuvieron en mi puerta, discutían para saber si estaba en casa. Intentaron abrir la puerta, pero no pudieron". Al otro lado de la puerta, el pastor Jean protegía a su mujer y a sus hijos, de dos años y seis meses. Uno de los hombres intentó convencer al grupo de que no entraran en la casa, diciendo que sería un desperdicio disparar un misil contra una casa vacía.

"Susurré: Dios, recibe nuestras almas ahora, y en la misma oración dije: El Señor nos dijo que le serviríamos hasta el fin de nuestros días, incluso en la vejez. Ahora que hemos comenzado el ministerio, ¿nos está diciendo ya el Señor que nos vayamos? ¿Están realmente salvadas las almas que el Señor planeaba salvar a través de nosotros? El Señor dijo que todo es posible, así que haz su voluntad. Después de eso, lanzaron el misil. Oímos algo que sonaba como arena en el techo. Nos zumbaban los oídos. Perdimos el conocimiento durante unos 45 minutos".

Vivos, pero no ilesos

Cerca de las 6 de la mañana, el pastor Jean oyó voces, algunas de las cuales le resultaban familiares. Aunque dudaba, se asomó por la cortina. Fue entonces cuando vio a dos ancianos de la iglesia que fueron a ver si estaban bien. Él y su familia salieron de la casa, agradecidos pero con el corazón roto por la destrucción que allí se había producido. Ese día murieron 15 personas, al menos seis de ellas de la iglesia del pastor Jean. Siete casas y varias tiendas fueron destruidas y saqueadas, y al menos 20 personas, en su mayoría chicas jóvenes, desaparecieron. "Sólo por la gracia de Dios estamos vivos", dijo el joven pastor.

El pastor y su familia sobrevivieron al incidente sin heridas físicas. Sin embargo, no salieron ilesos. El dolor emocional y psicológico es profundo. Mientras el pastor Jean intentaba superar su propio trauma, no se sentía preparado para ejercer su ministerio en la iglesia y pensaba que cualquier intento de hacerlo les decepcionaría. Así que fue trasladado, dejando una congregación de casi 280 personas.

El pastor Jean carga con un gran sentimiento de culpa. Se pregunta por qué la misma gracia que lo salvó a él no salvó a los seis miembros de su iglesia que fueron asesinados. Pero ahora Dios lo está restaurando de a poco, por lo que está agradecido. "Ya han pasado casi dos años y, aunque no estamos completamente curados, Dios nos ha estado ayudando", afirma.

En momentos de tensión, encuentra consuelo en la palabra de Dios, especialmente cuando lee el relato de la vida de Job: "El libro de Job me da valor porque no hemos llegado al sufrimiento que le sobrevino a Job. Todos sus hijos murieron, pero los míos siguen aquí. Él lo perdió todo, pero Dios nos dio el aliento de vida, que es una riqueza. Nos sentimos reconfortados porque no hemos llegado ni a la cuarta parte de su sufrimiento. La Biblia nos dice que no tengamos miedo porque Dios está con nosotros. Ese es mi consuelo. Siempre lo digo en la iglesia: aunque seamos perseguidos, nuestras lágrimas serán enjugadas. Por eso tengo la esperanza de que un día todo acabará y veremos a Cristo". El pastor Jean está convencido de que, con el apoyo de las oraciones que recibe, el camino hacia la sanidad se completará. "Cada vez que oran por nosotros, esa oración nos fortalece", concluye. 

Cuidados post-trauma y artículos de supervivencia

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