Puertas Abiertas • 2 nov. 2022
Al menos otras 11 personas fueron asesinadas y jóvenes fueron secuestrados (foto representativa)
En la mañana del 20 de octubre, hombres armados del grupo rebelde Fuerzas Democráticas Aliadas (ADF) atacaron el hospital de la ciudad de Maboya, en la República Democrática del Congo. Una de las víctimas era la médica cristiana Marie Sylvie Kavuke Vakatsuraki, de 37 años.
La ciudad de Maboya es una de las regiones de mayoría cristiana del país. El equipo médico atendía a cientos de personas de la ciudad y sus alrededores. Sin estos lugares esenciales de atención y socorro, los cristianos no tendrían asistencia médica, serían vulnerables y con miedo a nuevos ataques.
Cristine (seudónimo), una sobreviviente, compartió los detalles del ataque: "Lanzaron misiles contra las puertas, pero aún así no se abrieron. Uno de los extremistas se mofó diciendo que debía ser por las intensas oraciones. Marie Sylvie estaba de guardia esa noche y había operado hacía unos minutos a una mujer embarazada. Fue la primera en darse cuenta del ataque y rápidamente pidió ayuda para salvar a los pacientes".
Los niños fueron los primeros en salir. Permanecieron escondidos con Cristine detrás de unos arbustos durante dos días y fueron testigos de la muerte de la cristiana Marie, quien estaba orando a la entrada del hospital cuando una bala le alcanzó la cabeza. El cuerpo de la cristiana fue consumido por las llamas provocadas por los extremistas en el lugar de los hechos.
Ciudad devastada
Uno de los pacientes de Marie también recibió un disparo y murió mientras intentaba escapar. El vigilante de la obra, de 70 años, también murió. Otras once personas fueron asesinadas frente al hospital, en las afueras de la ciudad de Maboya. Mujeres y comerciantes fueron asesinados dentro de sus propios hogares y establecimientos. Los más jóvenes, fueron secuestrados por los extremistas y no hay información sobre su paradero.
Otras dos clínicas resultaron afectadas por los ataques de las ADF. Dos farmacias y varias tiendas fueron saqueadas e incendiadas en Maboya y se denunció la desaparición de varias personas tras el ataque. Los rebeldes también se llevaron a muchas jóvenes enfermeras. Abbe, un líder cristiano local, dijo: "Estamos devastados. Deseaban la muerte de los cristianos, robaron las tiendas, destruyeron las clínicas médicas y quemaron todo lo que encontraron en los alrededores para acabar con nosotros".
Los sobrevivientes alaban a Dios por el milagro y cuentan con los cristianos de todo el mundo para interceder por ellos y por la iglesia local. "Lamentamos mucho todo esto. Necesitamos ayuda. Oren por nosotros, para que el Señor nos ayude a recomenzar la buena obra que él planeó para nuestra ciudad", suplicó un cristiano local.
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