Iglesia es demolida en Bielorrusia

Tras años de presiones por parte de las autoridades, una iglesia de la capital de Bielorrusia, Minsk, ha sido demolida delante de sus miembros. La iglesia evangélica Nueva Vida fue reducida a escombros por tractores a finales de junio de este año.

La iglesia no ha recibido una explicación oficial de la decisión de las autoridades que ordenaron la demolición, según la organización de derechos humanos Forum 18. En un mensaje publicado en el grupo de Telegram de la iglesia, el pastor Vyacheslav Goncharenko calificó la destrucción de "flagrante violación de la ley".

Un lugar de culto 

"Dios es omnisciente y está viendo nuestro sufrimiento, nuestro dolor", dijo el pastor en una entrevista con Forum 18. El líder de la Unión del Evangelio Completo, de la que forma parte la iglesia, condenó la demolición diciendo: "Han herido profundamente los sentimientos de los cristianos" y dijo que las autoridades deberían respetar el lugar de reunión de la iglesia. 

Los problemas con las autoridades comenzaron en 2002, cuando la iglesia inició sus primeros cultos en un viejo establo. El gobierno se negó a firmar el registro que regularizaría el estatus de la comunidad cristiana y garantizaría oficialmente que pudieran disponer de un lugar de culto, pero a lo largo de los años el gobierno ha puesto varios obstáculos al registro y ha intentado cerrar la iglesia más de una vez.

Por ello, en febrero de 2021, la iglesia tuvo que volver a cambiar de dirección. En septiembre de 2021, recibió notificaciones de que si continuaba con los servicios, la iglesia sería llevada a los tribunales, lo que haría que los servicios fueran ilegales y que la propia iglesia fuera considerada una organización religiosa ilegal según la legislación bielorrusa vigente. 

Nuevas restricciones

Se está debatiendo un reciente proyecto de ley que se espera restrinja aún más la libertad religiosa, con más trámites burocráticos para el registro de nuevas iglesias, por lo que el pastor Goncharenko tiene pocas esperanzas de que la iglesia reciba un respiro. 

Las medidas del actual presidente siguen la estricta política rusa. Los analistas de la Lista Mundial de la Persecución informaron de que "los cristianos deben tener mucho cuidado con lo que dicen y hacen". No es previsible que el contexto de presión cambie en un futuro próximo. Así lo pone de manifiesto el regreso de Bielorrusia a la Lista de Países en Observación 2023, en el puesto 76.