En Malasia, los cristianos necesitan vivir su fe en secreto

Estas son algunas cosas que necesitan conocer sobre Nora: Este no es su nombre real. Ella es una cristiana secreta de Malasia. Su familia no sabe que ella está casada. El gobierno no sabe que está casada. Ella está oficialmente registrada como musulmana. Y por ello, no puede tener hijos. “Mis hijos serían musulmanes. Si las autoridades llegan a descubrir que los criamos como cristianos, ellos serían alejados de nosotros”, dijo.

“Mis padres no pueden saber que estoy casada”.

Debido a la prohibición que existe en Malasia de no evangelizar a las comunidades indígenas, durante mucho tiempo no hubo nadie lo suficientemente valiente para contarle a Nora sobre el regalo de la salvación que recibimos de Jesús. Pero, Dios no la había olvidado.

Cuando Nora era adulta y comenzó a trabajar, conoció a su futuro esposo, Daniel*, un cristiano. Él la llevó con él a su iglesia, donde asistió a clases de estudio bíblico los fines de semana. “Cuando aprendí sobre Jesús, decidí seguirlo porque creí que Cristo es el único Camino, Verdad y Vida (Juan 14.6). Sabía que esta decisión cambiaría mi vida para siempre. Pero sabía que, con Dios, y con Daniel a mi lado, estoy preparada para enfrentarla.  Pase lo que pase, Daniel y yo lo tomaremos como prueba y entrenamiento de Dios para nuestra fe”, compartió Nora.

Nora y Daniel finalmente decidieron casarse.  Pero esto presentaba un gran problema porque él era cristiano y ella era de origen musulmán.  En Malasia, es un requisito legal que los no musulmanes se conviertan para casarse con su cónyuge musulmán.  Si no, el matrimonio se considera ilegal y los musulmanes serán acusados en un tribunal de la ley Sharia. Por lo tanto, para casarse oficialmente ante los ojos del gobierno, Daniel necesitaba convertirse, convertirse al islam. “Yo no quería que Daniel cambiara su fe. Soy yo que quiero cambiar mi fe.  Ambos somos cristianos y queremos casarnos con la bendición de Dios y siguiendo las tradiciones cristianas”, dijo Nora.

A través de un amigo, encontraron al pastor Ishak*.  Antes musulmán y ahora seguidor de Jesús, que estuvo dispuesto a casarlos.  El pastor Ishak recuerda haberles dicho a todos el día de la boda: “Hoy es un día tan bendecido y especial para Nora, es su boda, y, sin embargo, ella no pudo compartirlo con sus padres.” Entonces, todos lloramos. Incluso antes de formalizar nuestro matrimonio, lloré. “Esta es la cruz que tenemos que llevar. Lloramos por ella y por nosotros mismos. Somos una iglesia que llora”, dijo.

no pudo invitar a sus padres a la boda porque no sabían que ella había renunciado al islam y había aceptado a Cristo. La verdad, aún no lo saben.

“Mis hermanos podrían haber hecho algo para detenerme.  Pueden echarme de la familia. No hablo de mi fe, no por miedo, sino porque no quiero perder mi relación con mi familia, especialmente con mis padres, que están envejeciendo".

Nora y Daniel han estado casados por 10 años, pero no tienen hijos. "No tengo hijos. Por supuesto, quiero tener hijos. Cada pareja sueña con el día que sus hijos lleguen. Pero, yo no puedo, nosotros no podemos... No podemos ter hijos ahora”, dijo.

Escuchar a Nora compartir sus pensamientos sobre no tener hijos ilustra de manera poderosa lo difícil que ha sido este viaje.  La ausencia de niños es una lucha continua y profunda. “Mi esposo es cristiano.  Nací musulmana.  Nos casamos en la iglesia.  No tuvimos un matrimonio civil y nuestro matrimonio no es oficial. Si tuviera un hijo o una hija y descubrieran que ahora soy cristiana, las autoridades islámicas se llevarían a mi niño(a). ¡Tener hijos es imposible para nosotros!”, dijo llorando.

Es posible ser luz en medio de las tinieblas

A pesar de sus luchas, Nora aún encuentra esperanza y fortaleza para perseverar.  “Por muchos años, hice discipulado en la iglesia. Usamos el material de Puertas Abiertas para los talleres. Lo que aprendí del curso realmente me fortaleció.  Ahora conozco los principios bíblicos relacionados con la persecución. Me da esperanza para el futuro.  A pesar de que es difícil obedecer todas las enseñanzas de la Biblia, tengo esperanza. Y eso es lo que me fortalece”.

Nora es la primera pastora de origen musulmán ordenada en Malasia.  El día que fue ungida, el pastor principal le dijo a la congregación: “Ella es la respuesta a nuestras oraciones. Ustedes deben ser responsables. Deben protegerla. Deben cuidar de ella. Si algún día, ella o alguno de nosotros es arrestado, nosotros, como iglesia, debemos estar junto a ellos. Esa es nuestra responsabilidad”.

Puertas Abiertas apoyó financieramente a Nora con sus estudios teológicos de tres años en el seminario bíblico. Ella completó su capacitación en 2017 y fue ordenada como pastora en su iglesia en marzo de 2018.

Después de fotografiar a Nora para esta historia, nuestra colaboradora comentó: “Quité la    cámara, que estaba entre nosotras, y nos abrazamos.  No sé cuánto tiempo nos abrazamos.  ¿Treinta segundos?  ¿Un minuto?  ¿Tal vez mucho más que eso?  Eventualmente, cada una tenía que seguir su propio camino. Oré para que el Señor suavizara su dolor y la hiciera fuerte para cumplir su llamado. También esperaba que el Señor le diera una chispa de alegríacada día, tanto a ella como a su esposo, para que continuasen con alegría en sus corazones”

“A pesar de la distancia y el tiempo no he dejado de pensar en Nora. La tendré cerca de mi corazón por el resto de mi vida".

Como parte del cuerpo de Cristo, alrededor del mundo, tú también puedes estar junto a los cristianos perseguidos como Nora en Malasia.

Por favor, ora:

·         Para que Dios levante más líderes indígenas en Malasia y que ellos sean conocimiento bíblico.

·         Para que Nora alcance, discipule y sirva a su propio pueblo.

·         Por la unidad y la solidaridad entre la iglesia oficialmente reconocida y la iglesia de ex musulmanes en Malasia.

*Nombres cambiados por motivos de seguridad, para preservar la vida de los cristianos.

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