Cristiana es obligada a renunciar al liderazgo de la aldea por amor a Jesús

Después de conocer a Jesús en 2022, Surangika (seudónimo) estaba segura de que quería servir a Dios y se entregó por completo a Cristo. "Sentí paz cuando fui a la iglesia por primera vez", dice. Pero no tenía ni idea de que esta decisión afectaría a su relación con su familia y sus vecinos en Sri Lanka.

Todos en la comunidad cortaron lazos con Surangika cuando se enteraron de su conversión al cristianismo. La cristiana formaba parte del liderazgo del pueblo, pero se vio obligada a dejar su puesto cuando aceptó a Jesús. La gente que la admiraba y respetaba por su trabajo para solucionar los diversos problemas de la aldea dejó de hablarle.

La comunidad es mayoritariamente budista y no acepta la conversión a otras religiones, como el cristianismo. Por eso, aunque el esposo de Surangika está interesado en oír hablar de Dios, se resiste a tomar una decisión porque quiere mantener buenas relaciones con sus vecinos.

El hijo de la cristiana también se distanció de ella. Se encerró en su habitación, aislado, y se negó a escuchar las invitaciones de su madre para ir a la iglesia. Pero en 2023, Suragika vio un cambio en su hijo. Empezó a acompañarla a la iglesia y a disfrutar relacionándose con otros jóvenes cristianos.

"Canté un himno de Navidad en la iglesia", dijo el hijo de la mujer cristiana a los socios locales cuando visitaron la casa de Suragika. Para obtener una fuente de ingresos y permanecer en la comunidad, Surangika dijo que empezó a vender especias, como chile en polvo, pimienta y similares. Pero los aldeanos dejaron de comprarle. "Ahora tengo que ir a la ciudad a vender mis especias", explica.

Los socios locales de Puertas Abiertas la animaron a mantener su fe en Jesús y oraron por ella y por su hijo, para que puedan resistir la persecución en el pueblo. Oremos por el trabajo de Suragika, por su relación con sus vecinos y por la salvación de su esposo.

Entrenamiento para cristianos

Al igual que en Sri Lanka, la persecución en el lugar de trabajo es una realidad para los cristianos en Indonesia. Además de sufrir el acoso de sus superiores, son insultados y discriminados por ser seguidores de Jesús. Realiza una donación y asegúrate de que los cristianos reciban entrenamiento para resistir la persecución y bendecir a la sociedad con su vocación.