Puertas Abiertas • 12 nov. 2021
Los cristianos del estado de Chin, en Myanmar, necesitan oración y ayuda inmediata
Desde que los militares tomaron el poder en Myanmar, la situación de los seguidores de Jesús ha empeorado en el país. Especialmente para los que viven en el estado de Chin, de mayoría cristiana. El resultado de la destrucción de iglesias y casas es el desplazamiento de hermanos y hermanas en la fe. Han huido a los bosques y viven en malas condiciones.
El gobierno del país ha enviado tropas a las regiones montañosas para luchar contra el Frente Nacional Chin, formado por personas que luchan contra la dictadura militar. Las acciones en la región ya han provocado saqueos, bombardeos, invasiones de iglesias y la muerte de un pastor local. "La situación es difícil de describir. Allá donde van los militares, queman casas, matan personas y animales y ocupan iglesias", explica el hermano Lwin*.
El 29 de octubre, incendiaron más de 130 casas y las iglesias Casa sobre la Roca y Presbiteriana en el municipio de Thanthlang. Todos los residentes huyeron debido a las amenazas y la violencia y no quedó nadie para apagar los incendios. Zew That*, otro cristiano que tuvo que huir, comparte: "Cada vez que oímos una voz fuerte o disparos, nos asustamos”.
El reto de sobrevivir y perdonar
Según Zew, una casa significa mucho para una persona natural de Chin. Representa familiaridad y protección, cuando esta se destruye dificulta el perdón: "Sabemos que la Biblia nos dice que debemos perdonar a nuestros enemigos. Esperamos que otros cristianos oren por nosotros para que podamos obedecer".
La colaboradora local Daisy Htun* cuenta cómo las iglesias locales fueron objetivo de los militares. "Los edificios y propiedades de la iglesia fueron atacados, vandalizados, robados e incluso quemados. Cuando comenzaron los bombardeos y las violentas represiones, la gente no tuvo más remedio que huir. Según nuestros registros sobre el terreno, 30 iglesias han sido atacadas por los militares desde el golpe", afirma.
Pero a pesar de la inseguridad, el trabajo de Puertas Abiertas no se ha interrumpido. "Hemos llevado a cabo entrenamientos en línea y visitas a cristianos perseguidos y desplazados internos en medio de los disturbios en el país. Hemos reanudado el trabajo con los jóvenes, los niños y las parejas, y Dios nos ha permitido llegar a los refugiados con ayuda de emergencia", comparte el hermano Lwin.
Los riesgos y resultados de obedecer a Dios
Sin embargo, los riesgos que corren los colaboradores son grandes, ya que los militares han prometido matar a todos los hombres que encuentren en el camino. Otro problema es que se acerca el invierno y los cristianos no tienen ropa adecuada para afrontar el intenso frío. "Nos presionan desde todos los lados: en algunos pueblos, los militares ni siquiera permiten la entrada de mercancías. Las necesidades básicas y los medicamentos, como el paracetamol, están fuera de alcance. La gente se siente impotente", añade Lwin.
En septiembre de 2021, Puertas Abiertas apoyó directamente a 17.135 cristianos con ayuda de emergencia y formación bíblica en Myanmar. "Alabado sea el Señor por la distribución de alimentos para los cristianos. Mi hija y yo podemos mantenernos hasta hoy con lo que hemos recibido. Ya han pasado tres meses", agradece Hayma Aye*, una de las beneficiarias.
La consecuencia de esta labor de apoyo en las dificultades ha sido la conversión de 544 personas. Cerca de 166 han decidido bautizarse: "Alabado sea Dios porque estamos viendo a mucha gente encontrar a Cristo en este momento. Dios continúa revelándose a las personas en medio de este momento crítico", concluye el hermano Lwin.
*Nombres alterados por motivos de seguridad.
Peticiones de oración
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