Viudas unidas en el dolor con una meta común

El marido de Sarah, pastor Ibrahim Kithaka, fue asesinado en octubre de 2013, en un acto que la policía más tarde clasificó como un ataque de venganza de un grupo terrorista islámico Al-Shabaab. Su cuerpo ha sido encontrado abandonado en un bosque. Él dejó siete hijos: Betty (34), Samuel (30), Paul (24), María (22), Rose (19), Emmanuel (16), e Isaac (14).

En situaciones como esta, es natural para las viudas como Sarah creer que están solas en su dolor y tristeza. Un equipo de Open Doors se reunió con Sarah y su familia un mes después que Ibrahim murió, para mostrarles que no fueron olvidados.

Para esto, Open Doors visitó Gladys otra viuda keniana, y la llevó al encuentro de Sarah y sus hijos. El marido de Gladys, Ben, también fue asesinado por causa de su fe, y Gladys contó para ellos acerca de su propia experiencia de pérdida y cura.

""Cuando Ben murió, también pasé por una agonía que no se puede describir. Él no murió por un accidente o una enfermedad. Así como su padre y marido, mi Ben fue asesinado por causa de su fe en Jesús y el trabajo que hacía para el Señor"", dijo Gladys.

Ella continuó: ""mi familia y yo hemos tenido que pasar por este sufrimiento, ha sido muy difícil, pero hemos conseguirlo superarlo con la ayuda y gracia de Dios y las oraciones de cristianos que nos sustentaron. Contar mi historia es mi manera de garantizarles que los mismos hermanos que intercedieron por mí, también puedan bendecir a todos ustedes en oración.

""¡Esto es amor!""

Gladys dio a los hijos de Sara las cartas de muchos colaboradores de Open Doors, como prueba de que sus hermanos alrededor del mundo oran por ellos.

""España, Inglaterra, Holanda...ésta es de Alemana. Y de Italia. Sí, también de África del Sur, Brasil, ¡Y la lista continúa! ""¿Todas estas personas están orando por nosotros?"" preguntó Betty, sorprendida. Ella no sabía qué decir, con sus ojos llenos de lágrimas.

""Hay muchas personas orando por nosotros…"" dijo Emmanuel, pensando que no fuese posible.

""Nosotros no tenemos palabras. ¡Esto es amor! ¡Este es el amor del cual Cristo habló! Por favor, diga a estas personas que nunca vamos olvidar de lo que han hecho por nosotros. ¡Y que Dios los bendiga a cada uno, más de lo que imaginan. Que Dios bendiga a todos ustedes!, contó Sarah.

Cuando Gladys regresó para su casa, ella dijo: ""Gracias por invitarme hoy. Yo no encuentro palabras para describir lo maravilloso que es para mí poder incentivar otra viuda cuyo marido también fue asesinado por su fe. Todo lo que puedo decir es muchas gracias""

En Kenia, así como en Nigeria, hay miles de viudas que sufren por haber perdido a sus maridos y por estar solas en medio de tanta destrucción causada por la guerra, conflictos políticos y persecución por parte de los grupos extremistas islámicos. Ore para que ellas sientan paz y sean consoladas por el Espirito Santo en esta hora. Ore para que el Señor le dé todo lo que necesitan y nada les falte.