Puertas Abiertas • 30 jul. 2019
Beji Caid Essebsi fue un gobernante democrático que hizo muchas mejorías en el país a favor de su pueblo (foto: Reuters)
El aclamado presidente de Túnez, Beji Caid Essebsi, se ha destacado como uno de los principales responsables por la transición democrática del país. Ubicada en el norte de África, Túnez se encuentra entre los países más avanzados del continente en términos de desarrollo socioeconómico, libertad civil y gobernanza democrática. La muerte de Essebsi ocurrió unos meses antes del final de su mandato.
La muerte del gobernante provocó un momento de unidad nacional. Los tunecinos siguieron la procesión fúnebre durante una distancia de 20 kilómetros, agitando banderas y cantando el himno nacional bajo intenso calor. Mohammed Ennaceur, de 85 años, fue nombrado inmediatamente como presidente interino.
Según la prensa internacional, muchas personas salieron a las calles para rendir un último homenaje al político, debido al trabajo realizado en nombre de su gente. "Vine aquí para rendirle homenaje al trabajo del presidente en nombre de las mujeres", dijo Farah, una arquitecta tunecina. Reacciones similares llenaron la procesión. La gratitud de los ciudadanos está justamente conectada al trabajo del presidente de hacer de Túnez un país más libre.
Debido a este posicionamiento, Essebsi enfrentó a muchos problemas. Antes de su gobierno, un extranjero no podía casarse con un tunecino, por ejemplo, y ahora esto es posible. Además, el presidente también llevó a cabo otros movimientos en favor de la mujer y la igualdad en el intercambio de herencias. Sin embargo, el sistema democrático de gobierno no era lo suficientemente robusto como, por ejemplo, para proteger a la libertad de los cristianos.
La fuente de persecución en Túnez es la opresión islámica. La hostilidad de la sociedad hacia los cristianos es visible y las amenazas provienen de los miembros de la familia y la comunidad en general. Los extranjeros en Túnez tienen una buena libertad de religión, pero les está prohibido participar en cualquier actividad relacionada con evangelismo. Actualmente, el país ocupa el puesto 37 en la Lista Mundial de la Persecución en 2019.
Incluso durante el gobierno de Essebsi, la comunidad local de cristianos ex musulmanes enfrentó persecución y muchas dificultades con las autoridades estatales para que se reconociera oficialmente su conversión al cristianismo. Ahora, con las elecciones anticipadas de septiembre, todo el país vive una gran tensión e inestabilidad política. En este momento, los hermanos tunecinos necesitan nuestro apoyo en oración.
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