Tribunal Federal escucha a cristianos acusados injustamente

Obsa Ogeto, 32 años, y Soka Araro, 31 años, comparecieron en la última semana ante el Tribunal Federal de Etiopía, bajo la acusación de tráfico de narcóticos, crimen castigado con hasta siete años de prisión. Los hombres fueron presos por la policía del país en agosto de este año, después de que su conversión al cristianismo fue reconocida por amigos y familiares. Uno de los acusados pagó la fianza y fue liberado, mientras que el otro esperaba el juicio detenido.

Familiares de los cristianos detenidos y el equipo de Open Doors en la región creen que las prisiones fueron hechas con pruebas plantadas por musulmanes con la colaboración de los miembros de las propias familias de los acusados. De acuerdo con el abogado voluntario de Open Doors, responsable por la defensa, los dos hombres fueron falsamente acusados por las comunidades y autoridades locales como castigo por dejar el Islam, religión dominante en la región.

Como sucedió
Un testigo ocular, que no puede ser identificado por motivos de seguridad, afirmó que los musulmanes amenazaron en entregar a los dos hombres a la policía, caso no renunciasen al cristianismo y regresasen al islamismo. Al rehusarse, fueron plantadas falsas pruebas en la casa que los acusados dividían, y la policía fue llamada por el mismo grupo que los amenazó.

Reincidencia
La detención ilícita de los cristianos en áreas con la población mayormente musulmana en toda Etiopía está volviéndose un problema cada vez más prominente. A lo largo del mes pasado, cuatro ancianos, involucrados en una batalla legal sobre los derechos de propiedad de la tierra en que su iglesia fue construida, fueron presos y detenidos por tres días en Dalocha sin derecho a fianza. Un evangelista cristiano en Shashemene fue preso mientras predicaba públicamente, sin siquiera conocer la acusación.