""Todo este tiempo, Dios ha sido mi Padre”

Irán cambió mucho después de la Revolución Islámica de 1979. El racismo y la discriminación religiosa crecieron grandemente en aquel período, y el control aumento en todas las esferas de la sociedad, principalmente en la religiosa. Nuevas reglas fueron impuestas: era prohibido realizar cultos cristianos en persa y solamente los miembros autorizados podrían frecuentarlos. Además de eso, una lista con el nombre de los miembros debería ser entregada al gobierno.

En la época, Haik era superintendente de las iglesias protestantes de Irán. Fiel a Cristo por encima de todo, él dio la siguiente respuesta al gobierno: ""Mis ministros y yo nunca aceptaremos exigencias tan injustas. Nuestras iglesias está abiertas para quienes quieran entrar"". Por causa de su postura obediente a la Biblia, y no al gobierno, Haik se convirtió en un blanco de amenazas, que se concretizaron en 1994.

Una semana después, una llamada de un oficial de la policía solicitó a la familia ir a la morgue: algunos cuerpos habían sido encontrados y no poseían identificación. Joseph, el hijo mayor, en la época tenía 20 años, fue hasta el lugar y confirmó: uno de los cuerpos era de su padre.

""Cuando recibí la noticia, nuestra familia quedó arrasada. Éramos conocidos por ser una familia muy feliz; nuestra casa era vista como un pedacito del cielo"", cuenta André. Entender que nunca más oiría la voz de mi padre, que nunca más me abrazaría a aquel a quien tanto amaba le trajo, al inicio, una mezcla inexplicable de sentimientos – el miedo era uno de ellos, reforzado por las amenazas que la familia continuaba recibiendo. Aun así André nunca dejó de confiar en Dios.

""Yo tenía apenas 10 años, cuando mi padre murió. Hoy, tengo 30 años. Puedo decir que en estos últimos veinte años, Dios ha sido mi Padre. Por eso, en este Día de los Padres, según el calendario de Brasil, digo al país, que vivan de manera que sus hijos sigan sus pasos. Tengo mucho orgullo de, hoy, poder seguir los pasos de mi padre y continuar su ministerio, alcanzando más y más iranís para Cristo. Mis hermanos y yo amamos a Irán, así como mi padre también amó"".

Por medio de una campaña de Open Doors, los cristianos de diferentes países enviaron cartas, dibujos y tarjetas postales para la familia de Haik, después de su muerte, con versículos y palabras de ánimo. ""Todos los días, aquellas cartas nos hacían recordar que los cristianos alrededor del mundo estaban orando por nosotros"", André cuenta, abriendo una sonrisa de gratitud.