Ser cristiano en Irán no es para los débiles, Dice Saghar

Conoce la historia de Saghar, una cristiana perseguida en Irán que consiguió escapar de ser presa tras un asalto a su iglesia.

Puertas Abiertas • 14 jun. 2021


Las iglesias domésticas iraníes son asaltadas con regularidad y decenas de cristianos acaban en la cárcel cada año.

Las iglesias domésticas iraníes son asaltadas con regularidad y decenas de cristianos acaban en la cárcel cada año.

Buscar refugio en otro país también es una realidad para los cristianos que han logrado evitar la detención. Saghar es una cristiana iraní que consiguió escapar de la persecución tras un asalto a su iglesia. Las autoridades querían detenerla, pero con gran valor y fe, logró escapar y refugiarse en otro país. Ella testifica que el entrenamiento que recibió de Puertas Abiertas  fue esencial para animarla. ¿Estás listo para conocer a Sagar? 

Saghar creció en una familia musulmana. Su primer encuentro con Jesús fue a través de un sueño. "Sígueme", le dijo Jesús. Y fue esa simple pero poderosa llamada la que cambió su vida para siempre. En Irán, pasar del islam al cristianismo es una opción peligrosa. ¿Sabía ella en qué se metía cuando dijo "sí" a Jesús? Probablemente no. Pero a medida que su amor por Cristo crecía, también lo hacía su valor. 

Saghar se reunía con otros cristianos para adorar a Jesús y orar. Siempre fue arriesgado, pero el compañerismo fue la base de su crecimiento en la fe. Compartieron la vida juntos y se convirtieron en una familia. Hasta que Saghar decidió aceptar el trabajo más peligroso de la iglesia: el pastorado. Y entonces ocurrió lo inevitable: el servicio secreto invadió la iglesia. 

De forma agresiva, pero en silencio. Así es como los agentes entraron en el apartamento donde se celebraba la reunión de los miembros de la iglesia doméstica. Forzaron la puerta con una palanca, pero no levantaron la voz para evitar la atención de los vecinos. Antes de que ninguno de los miembros de la iglesia se diera cuenta de lo que estaba ocurriendo, las mujeres fueron empujadas a una habitación y los hombres a otra. Los miembros de la iglesia miraron a la líder con los ojos llenos de miedo, como diciendo: "¿Qué nos va a pasar?". 

Ser cristiano en Irán no es para los débiles: las iglesias domésticas iraníes son asaltadas con regularidad y decenas de cristianos acaban en la cárcel cada año. Durante los interrogatorios, los agentes de seguridad dicen mentiras, inducen a los cristianos a revelar los nombres de otros cristianos y se esfuerzan por destruir la iglesia desde dentro. El ataque a la iglesia de Saghar no fue diferente. Pero Saghar estaba preparada. 

Los crsitianos Iraníes son constantemente interrogados y se les exige firmar un documento en el que se comprometen a no reunirse para celebrar actividades religiosas.

Cada vez son más los cristianos iraníes que celebran reuniones para compartir conocimientos y aprender sobre las formas prácticas y emocionales de afrontar una invasión con el menor daño posible. Unos meses antes de la invasión de la iglesia, Saghar había asistido a uno de estos cursos. 

En un abrir y cerrar de ojos, la teoría se convirtió en realidad y Saghar comenzó a ser interrogada. La sala estaba llena de hombres corpulentos, uno de ellos filmando todo. Saghar estaba aterrorizada. Pero trató de calmarse, ya que tenía una iglesia que cuidar. Todavía temblando de miedo, los recuerdos del entrenamiento de preparación para la persecución volvieron a su mente. Tenía que hacer saber a alguien externo lo que estaba pasando. Así que le preguntó al policía más amable si podía ir al baño.
 

En el baño, Saghar cogió su teléfono, se tomó una selfie y la envió al mundo exterior con la siguiente frase: “Por favor, oren por nosotros, nuestra iglesia está siendo invadida.”

Mientras borraba las pruebas de su teléfono, una de las policías empujó la puerta del baño intentando abrirla. Pero Saghar también había aprendido de que los agentes no tienen derecho a entrar en el baño y se lo dijo con firmeza a la agente, haciéndola retroceder de mala gana. 

Y los conocimientos adquiridos en el curso de preparación siguieron ayudando a Saghar. Cuando los agentes le dijeron que sería detenida, solicitó la orden de detención y evitó que la llevaran a la cárcel inmediatamente. Cuando le dijeron que habían interceptado su pasaporte, que estaba en una agencia de correos por razones administrativas, la cristiana no les creyó. Al día siguiente, fue a la oficina de correos y allí encontró su pasaporte. 

Tres días después y con las piernas temblando, Saghar llegó al aeropuerto. Sería un milagro que lograra escapar, porque la orden de detención ya debería estar lista. Su corazón dio un salto cuando vio quién estaba en la misma fila que ella: uno de los agentes secretos que habían invadido su casa. Este fue el momento más difícil de su vida. 

Y allí estaba sola, sin padres, sin compañeros cristianos que la ayudaran. En ese momento se dio cuenta de que sólo Dios podía ayudarla y que su única compañía eran los versículos de la Biblia que recordaba. "Recordaba" porque le habían quitado su Biblia en la invasión. "Cuando atravieses el fuego, no te quemarás", resonó en su cabeza. 

Al igual que Pedro, que salió de la barca y entró al agua cuando Jesús le llamó, Saghar se adelantó para subir al avión. Y cuando los ojos del agente le atravesaron la espalda, se produjo un milagro: ¡Saghar pudo embarcar! Sólo más tarde Saghar descubrió que, justo cuando estaba embarcando, el servicio de seguridad del aeropuerto anunció su nombre. Acababan de recibir la orden de arresto. Pero llegaron muy tarde. ¡El avión de Saghar despegó sin problemas!. 

Puertas Abiertas tuvo la oportunidad de visitar la cristiana y conocer su historia de cerca. 

Hoy, cuatro años después de lo ocurrido, Saghar resalta que una historia de huida milagrosa no significa que el suceso no haya dejado huella. En su primer año en su nuevo país, tuvo la misma pesadilla todas las noches; una pesadilla sobre la invasión. Y ésta es sólo una de las muchas cicatrices que dejó la invasión

Después de muchas pesadillas, ataques de nervios y canciones cantadas para sí misma, Saghar vuelve a estar relativamente bien. Pero a veces los recuerdos todavía la persiguen. Sin embargo, sabe que habría sido mucho peor si hubiera ido a la cárcel. 

¿Cómo podemos ayudar? "Orando", dice Saghar, recordando que la oración era lo suficientemente importante a tal punto de ser su único pedido en medio de la invasión.  Ningún cristiano debería enfrentarse a la persecución sin estar preparado, y ningún cristiano debería pasar por ella sin la oración de la iglesia mundial”concluye Saghar.

Ayuda a los cristianos encarcelados 

Una forma de persecución contra los cristianos en Irán es colocarlos en cárceles para impedir que el evangelio de Cristo continúe siendo predicado. Los tipos de prisiones varían según el país o la región. Pero una cosa no cambia: los cristianos que se encuentran allí han sido encarcelados injustamente, porque decidieron seguir a Jesús. Con tu donación envías esperanza a los cristianos encarcelados y a sus familiares.

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