Puertas Abiertas • 11 nov. 2018
Las participantes etíopes compartieron que preferían seguir a Cristo a pesar de las dificultades
Heather George *, del Reino Unido, se unió a un grupo internacional de mujeres para participar en una conferencia con cristianas perseguidas en Etiopía. Las palabras de Isaías 41.10 dieron el tono del tiempo que pasaron juntas. El versículo dice: " No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.” Mientras las visitantes leían las palabras de sus Biblias en inglés, las mujeres etíopes recitaban de color, porque muchas de ellas no saben leer.
Ella siempre supo que su vida era muy diferente de las mujeres que conocía en Etiopía, pero esa meditación de la Escritura le ayudó a entender que sus mundos se separan no sólo por los océanos, sino también por circunstancias. Aquellas mujeres saben muy poco sobre política y probablemente no tienen opinión sobre los hechos del mundo actual. Ellas difícilmente tienen alguna aspiración profesional, pero su fuerza y ??fe llaman a la atención.
Cada una de ellas desistió de tanto por su fe en Cristo. El marido de Belen* se divorció porque ella decidía seguir a Cristo. Él la dejó cuidando sola de los tres hijos. Además, su hermano la acusó falsamente de robar una gran cantidad de dinero de él. Por elegir a Jesús, Missy * fue expulsada de casa y de la villa y constantemente encara amenazas. Después de que Tsige * se hizo cristiana, su comunidad la castigó excluyéndola en el trabajo. También se enfrenta con intimidaciones constantes en forma de amenazas. Los padres de Yettie * la expulsaron después que descubrieron sobre su nueva fe.
Cada una de las participantes tenía una historia de intensa persecución, sacrificio y dificultad para compartir. Sin embargo, todas siguieron eligiendo a Cristo. Es verdad que la vida diaria parece diferente, pero las dificultades internas eran más parecidas que al mirar por primera vez. Ella se dio cuenta de que todas tienen cargas en sus vida, pero que el Señor está siempre allí para limpiar nuestras lágrimas y ayudarnos.
Oímos tantas veces que la iglesia es una familia que la verdad es que la frase casi suena un cliché. Pero para ella, encontrar hermanas perseguidas en Etiopía, hizo que volviera a casa de una forma diferente. A pesar de parecer muy diferentes en un primer momento, eran más parecidas y absolutamente unidas en la fe. La conclusión es que necesitamos desesperadamente los unos de los otros.
* Nombres modificados por seguridad.
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Ora por Iglesia atacada en Etiopia
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