Puertas Abiertas • 29 jul. 2018
El deseo de la joven cristiana es evangelizar a sus amigos hindúes
Muchas personas alrededor del mundo, han sido tocadas por la historia de Reena, de apenas 19 años. Ella fue maltratada cuando era solo una niña, secuestrada por radicales, pero tocada por Dios. A pesar de lo que pasó, su fe no fue destruida. Ella era una niña gentil y solitaria. Los otros niños no jugaban con ella porque eran hindúes y ella no. Sus padres, por ser cristianos, tenían prohibido sacar agua del pozo de la villa. Ellos explicaron que la persecución viene cuando se es cristiano. Reena no tenía envidia de los hindú, porque ella tenía alegría interior dada por Dios.
Durante la adolescencia, iba a la escuela en una aldea diferente y vivía en un albergue. Cuando no tuvo más dinero para continuar en la escuela se postuló para un trabajo de profesora. Ella fue aceptada, pero ellos no hacían los pagos acordados. Después de seis meses, ella dejó ese trabajo. Sólo unos días después, otra escuela le ofreció un empleo. El director la invitó a una reunión. "Él me ofreció algunos dulces y yo comí. No recuerdo nada después de eso ", cuenta.
Ella fue drogada y secuestrada. Varias horas después de que su teléfono fuera apagado, ella llamó a sus padres y dijo que estaba atrapada en un lugar terrible. Ellos avisaron a la policía, que no hicieron nada durante tres días. Reena se despertó en un tren, pero apenas podía caminar. Se levantó y bajó del tren. Ella estaba en una gran ciudad a 14 horas de su pueblo. Después de dos días, tomó el tren de regreso a casa. Sus padres la llevaron al hospital.
Un día, participó de un culto cristiano y en la predicación, sintió la luz de Dios penetrando en la oscuridad de su corazón. El dolor físico y la depresión disminuyeron y ella estaba lista para reconectarse con Dios. "He sido realmente tocada. Yo quería que mis amigos hindúes fueran a un culto parecido y experimentaran la cura poderosa de Dios en sus vidas. Puertas Abiertas, a través de un socio local, ayudó a Reena con las cuentas del hospital. Su familia recibió visitas y oraciones. Ella está agradecida por lo que fue hecho por ella. Hoy trabaja en una escuela y enseña valores cristianos a sus alumnos. Dios sigue trabajando en ella y a través de ella.
Ora por Reena para que el testimonio de ella alcance a aquellos que aún no conocen el amor de Dios.
Pide a Dios que bendiga a Reena en su trabajo y que pueda tocar la vida de los alumnos.
Presenta a los perseguidores de Reena, para que reconozcan a Jesús como su único Salvador.
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Dios que Salva
India
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