Palabra que transforma

¿Qué pasa si esta persona vive en un país donde, bajo la ley del gobierno, cada persona nacida allí es budista?

Este es el caso de Tun, un pastor que vive en Myanmar, en el sudeste asiático. La persecución a los cristianos existe principalmente en áreas tribales ubicadas al oeste del país. A través del apoyo de socios de Puertas Abiertas, el pastor tuvo la oportunidad de participar en varios entrenamientos y talleres realizados por el ministerio durante 10 años, incluyendo el curso Permaneciendo Firmes en la Tormentaque prepara y capacita, basado en principios bíblicos, a los cristianos que viven en medio de la persecución. Hoy, Tun no es solo un participante, ahora, es profesor. Tun nació en la tribu Chin, que, a pesar de ser una minoría, es la más grande tribu cristiana del país.

Debido a esto, Tun dejó su ciudad para ministrar en otro estado, en una aldea extremadamente budista. “La gente mira a los cristianos como extranjeros. Tanto los no cristianos como los budistas nos vencomo inferiores, como si fuéramos menos que ellos”, dijo. A pesar de esto, Tun dice que le encanta ser pastor. "Lo mejor es ver almas siendo salvas, vidas siendo transformadas y dedicadas a Cristo. Esto me da una alegría que no puedo expresar”.

Una de las cosas que Tun aprendió en el entrenamiento es que Dios es el Dios de todas las tribus y que servir a la iglesia no se limita a servir solo a una tribu o denominación. Este es un gran avance en Myanmar, donde el tribalismo sigue siendo un problema que divide a la iglesia. “En noviembre de 2008, participé en el entrenamiento Permaneciendo Firmes en la Tormenta por primera vez. Y lo que aprendí acerca de Jesús realmente tocó mi corazón y cambió mi forma de pensar. Antes de esta capacitación, yo era un cristiano nominal. Pero, en el taller, aprendí más sobre la vida de Jesús e hice más cercana mi relación con el Señor", explica el cristiano.

 “Oramos y bendecimos al gobierno, a los templos budistas y a los monjes. Rogamos para que todo mal que ciega los ojos de los monjes sea quebrado y para que ellos puedan conocer a Jesús, el único camino, verdad y vida. También oramos para que todos los ciudadanos de Myanmar vean la luz y conozcan la verdad”.

Tun siempre les dice a los miembros de su familia: “Si voy a la cárcel o si me matan, no se sorprendan. Sigan perseverantes y conserven la fe. El Señor hará su parte, nosotros haremos la nuestra.”

Tun replicó el entrenamiento para más de 1.000 cristianos. Y con tu donación, puedes ofrecer aún más apoyo a la Iglesia Perseguida en Myanmar para que aumenten su conocimiento y respondan bíblicamente a la persecución. El objetivo de este proyecto es llegar a más de 2.000 cristianos locales con la capacitación, para que puedan entender el propósito de lo que están viviendo hoy.