Puertas Abiertas • 15 jun. 2025
Los hombres cristianos son blanco de persecución con el objetivo de dejar a las familias sin protección y evitar que el evangelio se transmita a las nuevas generaciones
Es evidente que la familia está en el centro de la persecución a los cristianos. Quienes impulsan la violencia religiosa atacan deliberadamente los lazos familiares y los roles dentro de la familia como una forma de destruir el testimonio cristiano en la sociedad. Madre, padre, hermano y hermana: todos son un blanco.
Específicamente en el contexto masculino, la persecución busca alcanzar a los pastores, quienes en su mayoría son hombres. Este rol los expone directamente al riesgo de persecución hasta el asesinato. En Nigeria, un ciclo brutal de violencia cobra sin cesar la vida de líderes cristianos.
A comienzos de mayo, por ejemplo, el pastor Philip Oigocho se dirigía en autobús a dirigir un culto de oración nocturno luego de una semana agotadora, cuando fue atacado por un grupo de yihadistas. Uno de los agresores preguntó específicamente en hausa: "Ina Pastor Philip ne?", que significa “¿Dónde está el pastor Philip?”, relató un testigo a periodistas. En total, cuatro hombres fueron asesinados, incluido el pastor. “Para la familia y los dependientes del pastor, su muerte puede desencadenar otras formas de trauma e inseguridad”, observa Rachel Morley, analista de Puertas Abiertas.
Las esposas e hijos de pastores enfrentan una intensa persecución debido al ministerio de estos líderes cristianos
“Dependiendo de la escala y la naturaleza del ataque, la esposa y los hijos pueden verse obligados a huir. Podrían terminar en campos de desplazados internos, donde enfrentan nuevos riesgos, como la explotación sexual. Y para la iglesia del pastor, es un mensaje claro: ‘Tú y tu comunidad no están seguros’. Ese miedo puede usarse para provocar más desplazamientos”, concluye la analista.
Destruyendo el rol de protector
Cuando el rol social del hombre como protector es atacado, pueden surgir trastornos psiquiátricos, adicciones e incluso abandono de responsabilidades como consecuencias a largo plazo. Cruelmente, luego de un ataque, el “fracaso” de un padre para proteger puede ser duramente juzgado por la comunidad, en lugar de ser visto como una víctima de la persecución.
A pesar de ser víctimas, los padres son blanco de una gran carga de culpa cuando no logran proteger a sus familias
En 2023, Mercy (pseudónimo) fue una de varias mujeres que sufrieron violencia sexual a manos de una turba violenta meitei en India. Ella presenció cómo su padre y su hermano fueron golpeados hasta la muerte al intentar protegerla.
El esposo de otra víctima describe sentirse atormentado por su “incapacidad”:
“Siento tristeza y rabia por no haber podido hacer nada. No pude salvar a mi esposa ni a los habitantes de la aldea. Eso me parte el corazón”, confiesa.
Acusaciones arbitrarias
Pero no toda la persecución contra los hombres es violenta. También se usan procesos judiciales arbitrarios para intimidar a padres cristianos y destruir la vida familiar. La familia de Li Jie, en el norte de China, sufrió desalojo, amenazas legales y detención secreta durante cuatro años por acusaciones inventadas de que Li Jie dirigía “bandas criminales”, “incitaba a la subversión del poder del Estado” o realizaba “negocios fraudulentos”.
Los padres cristianos enfrentan prisiones e interrogatorios debido a falsas acusaciones por seguir a Jesús
Es un ataque que consume la vida familiar. El acusado probablemente perderá su empleo o sus relaciones comerciales. Con el aumento de los gastos legales, las familias caen en la pobreza. Para los hijos, el estigma de tener un “padre criminal” es brutal. Para las madres, el terror, la vulnerabilidad y la separación prolongada son una carga psicológica abrumadora. La persecución judicial no solo castiga a un hombre por su fe, también debilita los lazos familiares que transmiten la fe entre generaciones.
Una oración por los padres de la Iglesia Perseguida
Señor de todo consuelo, permanece junto a nuestros hermanos que son encarcelados injustamente, víctimas de violencia y de dificultades económicas por causa de Tu nombre. Protégelos en su vulnerabilidad, fortalécelos cuando no puedan proteger a sus esposas e hijos. Sana las heridas del trauma que permanecen en sus corazones y mentes. Rodéalos de amor y haz que nunca olviden que son amados por su familia en Cristo en todo el mundo. Amén.
Banco Estado | Nº 3477 1228 854
Misión Puertas Abiertas
RUT 65184324-3
Cuenta vista o Chequera Electrónica
Sucursal Tajamar
Casilla N° 261
Av. Providencia, 1466
Santiago - Chile
Teléfonos:
(+55) 11 99629-9010
Email:
contacto@puertasabiertasal.org