Nuestra esperanza para 2017

El tiempo es como ciclos que se abren y se cierran cada año que pasa. Y en cada ciclo que termina, las personas sienten la necesidad de hacer un balance de los puntos positivos y negativos de que lo que se hizo y lo que se vivió. El mes de enero, parece que todo el mundo se moviliza para ello. Si tuviéramos que hacer un balance sobre la Iglesia Perseguida, ¿cómo sería?

Durante el año 2016, miles de musulmanes se convirtieron al cristianismo al mismo tiempo en que las familias cristianos fueron expulsadas de sus tierras y de su comunidad porque no negaron el nombre de Cristo. Muchos líderes de la iglesia fueron presos, torturados y muertos. La mayoría porque fueron considerados criminales ante el gobierno. Antes de morir, sin embargo, ellos lanzaron muchas semillas que serán rescatadas por los líderes que los sucederán.

Las casas de los cristianos y sus iglesias fueron quemadas y destruidas. Por otro lado, muchas vidas fueron reconstruidas y salvas a través de la predicación del evangelio en estos lugares. Hay cristianos viviendo en medio de la guerra, pero ellos conocieron la paz que excede todo entendimiento a través de Jesucristo.

Es decir, la Iglesia enfrentó persecución, pero el número de cristianos creció considerablemente. Al final de cuentas, este balance tuvo un saldo muy positivo. Valió la pena. Y que sea como en los tiempos bíblicos cuando “…la palabra del Señor se difundía y se fortalecía” (Hechos 19.20)