#MujeresdeValor 3: Cuba

Este rápido y grande crecimiento es atribuido al ministerio femenino. Buena parte de los cientos de miles de casas-culto expandidas por la isla son dirigidas por mujeres y a pesar de la persecución, ellas han sido valientes y enfrentado todo por amor a Jesús y a la visión de alcanzar Cuba para Cristo, desde las limitaciones y restricciones impuestas por el gobierno hasta las necesidades materiales, que parecen multiplicarse para los cristianos.

Un grupo de cristianos brasileros visitó recientemente el país y conoció dos mujeres que han impactado la isla con el mensaje del evangelio. Una de ellas es misionera Rosalía*. Esa hermana dejó lo poco que tenía en la Habana, capital del país, para ir para el interior de la isla e iniciar un trabajo pionero en una región muy pobre y alejada de la capital, en el norte de la isla.

El trabajo misionero comenzó con la evangelización de la puerta en puerta hasta que una familia de nuevos convertidos abrió su casa para la construcción ilegal de una casa-culto. A los pocos, Rosalía comenzó a ver nuevos frutos y hoy la iglesia comienza a ampliar su tienda.

Eso no significa que todo esté siendo fácil. Rosalía es constantemente amenazada y ya fue multada algunas veces por causa de las construcciones ilegales de las casas-culto. El número de convertidos ya ultrapasó el promedio de cien personas por casa-culto cubana y el desafío actual es construir un espacio para las actividades con los niños que se han acercado a la iglesia y también iniciar un nuevo proyecto misionero en un barrio conocido por su fuerte religiosidad africana.

La otra hermana que el grupo de brasileros conoció es la pastora María*. Ella impactó grandemente el grupo de viajeros por sus actitudes de abnegación y humildad. María recibió el grupo con amor y cariño e hizo de todo para que los brasileros se sintiesen bien. Su iglesia está en una región que fue duramente afectada por el ciclón que arrasó Cuba hace poco más de tres años. Su casa-culto clandestina guarda las marcas de aquel evento hasta hoy, pues la pastora no posee recursos para la reforma.

Mientras el culto de recepción a los cristianos brasileros estaba ocurriendo, una lluvia no muy fuerte llegó y pronto las infiltraciones y gotera comenzaron a aparecer. En un acto humilde y sincero, la pastora tomó un paño y un escobillón y comenzó a secar el piso, sin importarse que uno de los brasileros estuviese ministrando la palabra. Ella no sintió vergüenza por sujetarse a aquella situación y lo que más ansiaba era poder dar un poco de conforto para los brasileros. El testimonio puede parecer simple, pero aquel pequeño gesto tocó el corazón de los brasileros, que quedaron muy conmovidos con la escena.

Dios ha levantado mujeres idóneas y de valor por todos los países donde los cristianos son perseguidos y ella ha sido la fuerza motor para el avance del evangelio en estos países. En el sur de México no es diferente.