Mujeres indianas pagan un alto precio para servir a Cristo

Mujeres indianas enfrentan violencia doméstica, a pesar de las definiciones de la Constitución del país, que ‘garantizan’ los derechos iguales para hombres y mujeres. De todas las formas de violencia, las peores son ataques con ácido, abusos y acuerdos nupciales obligados. Las mujeres que se convierten al cristianismo reciben un tratamiento aun peor.

Sarita* es una mujer cristiana, de la India Central. Ella sufrió violencias físicas e intelectuales por más de 13 años, por su propio marido, hasta que él decidió dejarla. ""Él me atormentaba por causa de mi fe. Al inicio, yo tenía mucho miedo, inclusive intentaba huir de la presencia de Jesús cuando tenía 16 años y el amor de Cristo fue creciendo dentro de mí de poco en poco. Pero, me enamoré y me casé con Mohan*, un hombre hindú, sin embargo solo después del matrimonio él me reveló quien verdaderamente era"", explica.

Ella cuenta que él llegaba en casa embriagado, la agredía y decía que ella era una vergüenza para la familia. ""Cuando él me mandaba a adorar a los dioses hindús y yo me negaba, entonces él me agredía más"", dice ella a un voluntario de Open Doors. Mientras tentaba lidiar con esta situación, descubrió que su marido tenía un secreto: ""Él ya era casado, tenía tres hijos y yo era su segunda esposa, pero él no me había contado nada. Y a esa altura, yo también descubrí que estaba embarazada"".

Sarita oraba mucho para que Dios transformase a su marido, pero él se ha ido para vivir con su primera esposa, y la calumnió, afirmando para un periódico local que ella era una ramera. ""Yo era una mujer abandonada, calumniada y sufrida. Pero ahora tengo a Jesús en mi vida y corazón, entonces, puedo superar todas estas cosas, y siempre me acuerdo de Isaías 41.10: ‘No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque Yo soy Tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia’. Por esto, yo me considero una mujer fuerte."", concluyó Sarita.