Puertas Abiertas • 8 sep. 2018
En un centro para niños, sostenido por Puertas Abiertas, la música se convirtió en el principal medio de expresión para Abraham
Como cualquier niño en Colombia, Abraham* soñaba con estudiar, trabajar y ayudar a su familia. Pero ese sueño se tornó imposible en una región donde los niños son obligados a cargar armas y matar. Afortunadamente, con Dios nada es imposible. La historia de la persecución de Abraham y su familia comenzó en el 2008, cuando su padre, Rutilio*, encontró a Jesús a través de un grupo de misioneros que, en medio de un intenso conflicto armado, decidieron entrar en los bosques colombianos para evangelizar a los grupos indígenas. Aunque, en teoría, la ley promueve la libertad religiosa, en gran parte de las comunidades indígenas, el cristianismo es penalizado con expulsiones, expropiación y trabajos forzados.
Después de su conversión, Rutilio fue obligado a renunciar a su fe y cuando se negó a hacerlo, fue obligado a hacer trabajos forzados para toda la comunidad. Estos factores hicieron que Abraham fuera enviado secretamente al abrigo para niños de Puertas Abiertas en 2010. En la región en que creció, niños entre 10 y 14 años son secuestrados por grupos armados ilegales y forzados a enfrentar todo tipo de acoso, violencia sexual hasta la tortura física y psicológica, para hacerlos capaces de matar y prepararlos para morir. Abraham explica que "los grupos armados obligan a las familias a enviar a uno o a dos de sus hijos para los combates. Aquellas familias que no se someten a esta orden, corren el riesgo de ser asesinadas. Yo estaba en una lista de reclutados para la guerrilla. Mi futuro era sostener un arma".
El proceso de adaptación de Abraham no fue fácil. Sin embargo, en un ambiente de enseñanzas bíblicas, de la compañía de otros niños y del cuidado de tutores y profesores cristianos, encontró un lugar donde podía sentirse seguro. Se convirtió en un gran músico, aprendiendo a tocar la guitarra, el bajo, el piano y la batería. El chico cuyo futuro era sostener un arma hoy sostiene una guitarra y canta alabanzas a Dios. Cuando terminó la escuela secundaria, ganó una beca de estudios internacional en la universidad. Ahora, con 18 años, Abraham busca ser capacitado para apoyar y sacar adelante a su comunidad.
Actualmente, él sigue viviendo en el abrigo. A pesar de estudiar en la universidad, Abraham se despierta a las 5:00 para cuidar de los animales de la granja en el abrigo y, al final de la tarde, les enseña a los niños más jóvenes sobre el trabajo y las responsabilidades de la misma. Abraham sabe que Dios está siempre con él, así como los socios de Puertas Abiertas. Y él tiene un mensaje para todos nosotros: "Es un honra muy grande para mí que ustedes estén orando por mi vida. Ustedes son un regalo de Dios. Sus oraciones son un gesto de amor del Señor para mí.”
Inspira y bendice a más niños
Tú puedes ayudar a los niños indígenas de América Latina, como Abraham, a soñar con un futuro mejor. Con tu donación, se suplirán los gastos mensuales de la educación de un niño en riesgo. Ellos te necesitan.
* Nombres modificados por motivos de seguridad.
Banco Estado | Nº 3477 1228 854
Misión Puertas Abiertas
RUT 65184324-3
Cuenta vista o Chequera Electrónica
Sucursal Tajamar
Casilla N° 261
Av. Providencia, 1466
Santiago - Chile
Teléfonos:
(+55) 11 99629-9010
(+56) 9 9968- 2161