Puertas Abiertas • 18 sep. 2020
El Gobierno niega la presencia del coronavirus, pero la población está cosechando las consecuencias de la pandemia en Corea del Norte.
El 9 de septiembre de 1948 se fundó la República Popular Democrática de Corea, más conocida como Corea del Norte. Desde entonces, el totalitarismo comunista ha gobernado el país número 1 en la Lista Mundial de Persecución 2020. Esto indica que para ser cristiano en el país es necesario mantener la fe en secreto, con riesgo de encarcelamiento e incluso la muerte. Este año, las celebraciones no serán las mismas, ya que los funcionarios del gobierno están en alerta por la pandemia. A pesar de que el dictador Kim Jong-un niega la presencia del coronavirus en el país, la población enfrenta las consecuencias y llama al problema "enfermedad fantasma".
Según el hermano Simón, que trabaja con refugiados norcoreanos en otros países de la región,el COVID-19 ya ha cobrado algunas bajas en la nación comunista. “La gente puede enfermarse sin saberlo. Por lo general, ya están desnutridos. Luego, de repente, mueren rápidamente. Algunos incluso caen muertos al suelo”, explica.
La gravedad de la situación aumenta porque no hay medicamentos ni pruebas para saber si las muertes son provocadas por el coronavirus. “El gobierno central y las autoridades locales temen la propagación de la enfermedad. Sin embargo, lo único que pueden hacer es imponer bloqueos”, añade.
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Las consecuencias del COVID-19 en Corea del Norte.
Puertas Abiertas ha advertido que, incluso si no admite los casos de COVID-19, Corea del Norte se enfrenta a las consecuencias de la pandemia, como el aumento de los precios y la escasez de alimentos. "La frontera con China está cerrada, lo que impide la mayoría de las actividades comerciales y de contrabando", dice Simón.
Según los testimonios, muchos trabajadores norcoreanos que viven en el exterior no regresarán al país que no inició una crisis mundial y que carga consigo un virus mortal.. Según Simón, la ausencia del líder de la nación es una señal que él también le tiene miedo a la enfermedad. “Kim Jong-un dejó Pyongyang para disminuir la oportunidad de contaminarse en otros lugares. Él es joven, pero está con sobrepeso y tiene un problema cardíaco. Él no se sentía seguro y, hace un tiempo se mudo a Wonsan, probablemente, todavía esté allá”, expresa.
Puertas Abiertas ofreció ayuda de emergencia a cristianos norcoreanos en otros países, como China y Corea del Sur. Muchos reciben alimentos, medicamentos, ropa para el invierno y otros beneficios necesarios para sobrevivir. “Tan pronto como las personas puedan salir del país, podremos darles medios para subsistir. Recientemente, tuvimos la oportunidad de dar una pequeña ayuda a nuestros hermanos y aliviar un poco sus necesidades. Estamos esperando la próxima oportunidad”, termina diciendo.
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