Los cristianos sirios luchan por mantener su esperanza en Dios

El líder religioso Nawras Sammour, que convive entre los 7,6 millones de refugiados internos en Siria, observó la guerra que ha asolado el país en dos etapas. La primera: cuando las personas están en estado de alerta, con hambre de informaciones, en las calles, en las aldeas y campos de refugiados, hablando unas con las otras, intentando entender lo que está ocurriendo y lo que está por venir.

Pero todo para las seis horas de la tarde, cuando la mayoría de los refugiados se reúne para pasar la noche con sus familiares, intentando sobrevivir hasta el día siguiente. Entonces, a partir de este horario comienza la segunda etapa: muchos refugiados deciden vagar por las calles, según Nawras.

“Ellos andan cercados de morteros y simplemente no se importan”, dijo él. “Lo más importante es vivir el momento presente. Y mañana? Nadie se importa con eso. Para mí, esa segunda etapa es más peligrosa de que la primera. Es el fatalismo. Esperanza y fatalismo no se encajan.”

Nawras no culpa a los sirios por perder su esperanza. “Es muy difícil mantener la confianza y esperanza en una situación como esta”, dijo él. “Porque no hay escapatoria. Es un círculo vicioso de violencia y no tenemos perspectiva de un futuro.”

7,6 millones de sirios desplazados internamente ya es bastante preocupante; pero los números no paran por allí. El Alto Comisario de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) tiene 3,2 millones de refugiados sirios registrados en Turquía, Líbano, Jordania, Irak y Egipto. El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos con sede en Londres cuenta más de 76 mil muertos en 201, revelando que estos tres años y medio de guerra civil suman 206.603 vidas perdidas. Los números de 2014 incluyen 3.500 niños y 18 mil cristianos muertos.
 
Para los cristianos de Siria el futuro parece sombrío. “Ninguna da las posibles soluciones para la crisis siria incluye a los cristiano”, comenta Sammour. “Siria considera su división como una región para los curdos, otra para los sunitas, una tercera para los alauitas y una cuarta región para los drusos. ¿Y los cristianos? Ellos están en los entornos. Ahora, yo diría que ellos son completamente ignorados.”

Para millones de sirios desplazados por el conflicto en el país, la vida es una  batalla diaria. No es una lucha apenas para mantenerse vivo; el tiempo frío, la falta de comida y abrigo también contribuyen para que los saldos del conflictos sean aún más negativos. Además de eso, es necesaria la determinación de mantener la esperanza viva y encontrar una razón para seguir hacia adelante. El futuro parece desalentador, especialmente para los cristianos sirios,  pero ellos se esforzaron para mantener su esperanza en Dios.