La restauración de la esperanza

Años después de la explosión de un mortero frente a la casa de Ani, ella y su esposo, Sarkis, descubrieron el impacto de los fragmentos del mortero en la cabeza de su hija María.La bebé caminó más tarde que otros niños y sigue necesitando cuidados y fisioterapia. "Sigue pasando por muchas cosas. Por ejemplo, recibe fisioterapia dos veces por semana, además de visitar a varios médicos, como un neurólogo, un pediatra y un cirujano ortopédico. También necesita ciertos medicamentos y una dieta específica", explica Ani.

Ese día, la vida de la pareja siria cambió para siempre. Incluso después de una década, siguen lidiando con las consecuencias de aquella explosión. Pero la vida de Ani también dio un giro positivo. Por primera vez, decidió tomarse su fe más en serio.

A pesar de haber crecido en una familia cristiana tradicional, antes de la lesión de su hija, caminar con Cristo no siempre fue una prioridad para Ani. "Yo actuaba de una manera. Iba a la iglesia en ocasiones especiales y días festivos", cuenta. Después del ataque, la relación de Ani con la iglesia cambió: "Una amiga me visitó y me dijo: Cuando María esté mejor, la llevaremos a la iglesia. Eso ocurrió unas tres semanas después, pero María empezó a llorar y, como no podía calmarla, decidí salir con ella. Cuando el culto terminó, un hermano se me acercó y me dijo que no debía haberme ido de la iglesia, porque Jesús había dicho: ‘Dejen que los niños vengan a mí’. Aquello quedó grabado en mi mente. En ese momento me sentí aceptada y segura".

A pesar de pertenecer a una familia cristiana siria, Ani no sabía orar ni estudiar la Biblia. Después de ser invitada a un grupo de discipulado, el estudio de las Escrituras tuvo un profundo impacto en su fe

La iglesia a la que asiste Ani es un Centro de Esperanza apoyado por Puertas Abiertas en Siria. Los Centros de Esperanza son iglesias que se han convertido en un símbolo del renacimiento de los cristianos sirios, que intentan recuperarse y reconstruirse tras años de guerra y ataques de grupos extremistas islámicos.

Después de aquel día, Ani empezó a ir a la iglesia todas las semanas con Mary. Ella describe ese periodo como un punto de inflexión "entre la antigua yo y la nueva yo". Ani empezó a ver la intervención del Señor en la vida de su hija María. "Cada vez que orábamos en la iglesia, en la siguiente cita me enteraba de que sus huesos habían empezado a sanar sin necesidad de más cirugía", cuenta. Este tipo de cosas empezaron a ocurrir más a menudo. Al cabo de un tiempo, Sarkis también empezó a ir a la iglesia con su mujer y su hija. "Incluso mi esposo comenzó a cambiar. Nunca imaginé que él cambiaría", dijo Ani.

En la iglesia, Ani empezó a participar en el grupo de discipulado. "No tenía idea de cómo estudiar la Biblia ni de lo que contenía. No sabía orar", reconoce. Pero estudiar la palabra de Dios tuvo un profundo impacto en su fe. "Encontré paz y seguridad cuando asistía a la reunión de discipulado. Allí me sentía aislada del mundo exterior; sólo yo y la palabra de Dios. Nunca me había sentido así antes", dijo Ani.

Afrontar los desafíos en paz



Con el tiempo, Ani quedó embarazada nuevamente y dio a luz a su segunda hija, Eliza. La familia vendió la mayor parte de sus pertenencias y compró una casa nueva, que aún no está terminada.

"La vida está llena de dificultades y retos. Espero que nadie pase por lo que yo he pasado en los últimos diez años. Pero puedo afrontar los retos en paz porque sé que el Señor está conmigo. No importa lo que me encuentre, Él siempre está a mi lado, es mi ayuda y mi apoyo. A menudo, cuando abro la Biblia, encuentro el versículo adecuado que realmente me anima".

Comparte su sueño para el futuro de sus hijas: "A María la llamo el milagro de Jesús. Había días en que la llevaba al médico y oía: Es imposible que este examen sea de esta niña. No es la que yo vi. Espero verla algún día dando testimonio de cómo Jesús ha obrado en su vida. Espero que Eliza y María sean siervas del Señor”.

Ayuda a cristianos sirios

Tras el inicio de la guerra en Siria, la economía no hizo más que empeorar. La mayoría de los sirios viven ahora en la pobreza y tienen dificultades para comprar artículos básicos. La guerra, la situación económica y los terremotos de febrero de 2023 han afectado gravemente al pueblo sirio. Con una donación, te aseguras de que las familias cristianas sirias se beneficien de proyectos de generación de ingresos y reconstrucción de viviendas.